Dos días después de que un misil derribara un avión comercial de la compaía aérea Malaysia Airlines, todavía se desconoce quién envió el misil y probablemente, explica José Luis Orella, profesor de historia de la Universidad CEU, "nunca se llegará a saber".
El Consejo de seguridad de Naciones Unidas exige una investigación internacional e independiente, como la que la Organización para la Cooperación en Europa (OSCE) intenta llevar a cabo sobre el terreno.
Sin embargo, lo que unos consideran una demanda prudente, para otros es una muestra más de la ineficacia de la ONU.
Orella considera que "la ONU sí está evitando conflictos y guerras, pero está creando nuevos problemas, porque no pone soluciones a esos problemas, simplemente los congela. Evita que la gente se mate, pero crea un nuevo mapa de conflictos y de situaciones".
Tanto Ucrania como los prorrusos han iniciado otra guerra, la propagandística, acusándose mutuamente. Ahora, la pregunta es ¿se llegará a averiguar quién está detrás de esta masacre?
Orella cree que "el culpable que igual dio la orden para que esa batería funcionase y derribase al avión, igual se le puede prender, lo que nunca se va a llegar es a saber quién está detrás y quién dio el permiso para que ese avión pudiese ser derribado".
Los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, sí apuntan a un responsable: los prorrusos, y por tanto, a Moscú, aunque de confirmarse, los expertos descartan un conflicto internacional.
"La situación, no tanto sería de subordinar un país y tener unos juicios de Nuremberg con criminales, si no que sería una vuelta a una Guerra Fría en una situación totalmente distinta", explica Orella.
La presencia en el Consejo de Seguridad de países con derecho a veto, limita la labor de la ONU cuando entran en juego los intereses de grandes potencias como es el caso ahora de Rusia en Ucrania.
