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NUEVE MUERTOS Y 23 HERIDOS

Los talibanes atacan el cuartel de la OTAN y la Embajada de EEUU en Kabul

Las víctimas son civiles y policías, además de 23 heridos. El asalto ha concluido con la muerte de los dos últimos insurgentes que permanecían atrincherados en un céntrico edificio en construcción desde el que se produjo el tiroteo.

El ataque tuvo lugar en Kabul hacia el mediodía (hora local), desde un céntrico edificio en construcción que los insurgentes utilizaron para atacar con cohetes y disparos embajadas y otros edificios oficiales situados en las proximidades, como el cuartel de la OTAN y la Embajada de EEUU. En el asalto han muerto nueve personas, entre las que se encuentran civiles y policías, y 23 personas han resultado heridas y fue perpetrado por ocho talibanes. El incidente ha finalizado con la muerte por parte de las fuerzas afganas de los dos últimos insurgentes que quedaban en el edificio.

Las fuerzas de seguridad también abatieron a cuatro insurgentes que se unieron al ataque en otros lugares de Kabul y que murieron cuando intentaban activar sus cargas explosivas. "Nuestros muyahidines han atacado el cuartel general de la OTAN, la Legación de Estados Unidos, el departamento de espionaje afgano (NDS) y otros edificios gubernamentales del centro de Kabul", dijo a Efe un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid.

Según la policía, entre los objetivos de los insurgentes se hallaban también el Parlamento y el cuartel general de la policía de fronteras. En los combates también participaron efectivos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión de la OTAN en Afganistán, según afirmó un portavoz de ese contingente.

Los ataques de estilo "fedayín", perpetrados por comandos que luchan hasta morir, son cada vez más frecuentes en Afganistán y forman parte de la estrategia de los talibanes de lanzar asaltos de gran impacto mediático y de atacar a altos cargos oficiales.

Las tropas extranjeras comenzaron el pasado julio a retirarse del país y a transferir gradualmente la competencia de la seguridad a las fuerzas afganas, en un proceso que debe concluir según los plazos previstos en 2014. No obstante, el conflicto se ha recrudecido y la insurgencia parece encontrarse en un momento de fortaleza cuando se afronta una fase decisiva para el futuro político del país y para las negociaciones entre gobierno y talibanes claves para la paz.

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