El Coliseo, símbolo por excelencia de la capital italiana, y otros monumentos de la Ciudad Eterna albergan desde hoy un centenar de obras de arte que muestran la historia de la expansión política y cultural de la antigua Roma en los tiempos en que ésta fue una gran potencia universal.
La muestra "Roma Caput Mundi. Una ciudad entre el dominio y la integración" reúne más de cien obras maestras que repasan la visión polifacética del mundo romano, desde los orígenes de Roma hasta la conquista de Italia y de sus provincias.
El Coliseo romano, la Curia Julia y el Templo del Divo Romolo, que se levantan en los Foros Romanos, constituyen el escenario de fondo de una muestra que profundiza además en las influencias culturales y religiosas de Roma, así como en las visiones modernas y antiguas de una ciudad que fue durante siglos "caput mundi" (centro del mundo).
"La muestra reconstruye el carácter de los romanos a través del poder y la cultura", ha asegurado durante la presentación de la muestra en el Coliseo romano la superintendente de Bienes Culturales de Roma, Mariarosaria Barbera.
Según el historiador Andrea Giardina, la exposición no oculta los aspectos de la "brutal" dominación romana -el sufrimiento infligido a comunidades enteras, las guerras de conquista o la esclavitud-, pero se completa, al mismo tiempo, con la visión "abierta e integradora" de Roma. "A diferencia de otros pueblos, concedían fácilmente la ciudadanía, consideraban irrelevante la pureza de la raza y liberaban a los esclavos mediante un procedimiento simple, de manera que se convertían directamente en 'casi ciudadanos' y sus hijos nacían como ciudadanos en pleno derecho", ha explicado Giardina.
No obstante, según el profesor, a lo largo de la historia ha prevalecido la imagen violenta de los romanos, por lo que con esta muestra se ha pretendido "democratizar" la visión que se tiene del pasado de Roma. Estos dos aspectos, la integración y dominación, aparecen reflejados a través de una serie de esculturas, mosaicos, frescos y bronces que se encuentran distribuidos, en función de su temática, a lo largo de las tres sedes con las que cuenta la exposición.
Así pues, el Coliseo, que durante siglos fue escenario de diferentes espectáculos públicos como la lucha de gladiadores, acoge diversos fragmentos de la historia de Roma relacionados con el proceso de romanización, la presencia griega o la vida cotidiana de sus ciudadanos, entre otros asuntos.
La exposición también contempla en el Templo de Romolo una sección dedicada al cine en la que se representa, a través de diferentes películas, la imagen colectiva que durante siglos se ha tenido del pueblo romano. En este sentido, como señaló el profesor Giardina, los romanos han sido regularmente representados a través del cine como un pueblo "violento, sádico y racista". En la Curia de Julia, antiguo lugar donde se reunían los senadores, el espectador puede repasar mediante diferentes obras los "exóticos" orígenes de Roma, así como los tiempos en que fue una ciudad etrusca.