La alerta máxima continúa a tres días de la celebración de la toma de posesión de Joe Biden como presidente electo de EEUU. El FBI y los servicios secretos analizan uno a uno los perfiles de todos los policías y soldados de la Guardia Nacional que asistirán al evento y que se ocuparán de la seguridad del mismo. El temor a un posible atentado al nuevo presidente de los EEUU planea sobre el Capitolio.
Máxima seguridad
Mientras, el interior del Capitolio de Estados Unidos esta completamente tomado por soldados de la Guardia Nacional. El edificio oficial que hace unos días fue asaltado por seguidores de Donald Trump está lleno de militares que tienen, incluso, que dormir allí.
Son soldados de la Guardia Nacional y llevan custodiando ese edificio oficial desde el día que fue asaltado por seguidores de Donald Trump. El despliegue de seguridad para el acto de la toma de posesión de Joe Biden se activó después de que el FBI avisara sobre posibles "protestas armadas" en todo Estados Unidos.
Un segundo asalto
Después de una minuciosa investigación en redes, el FBI apuntaban a la posibilidad de un segundo asalto al Congreso de EE.UU. tras el ejecutado el pasado 6 de enero por seguidores radicales del presidente saliente Donald Trump, así como ataques a edificios de capitolios estatales en las capitales de cada estado.
Esa alerta ha llevado a blindar el centro de Washington, con vallas y alambradas que impiden el paso a un amplio perímetro que incluye el Capitolio y la Casa Blanca, y a desplegar en la capital al menos 10.000 militares de la Guardia Nacional de cara a la toma de posesión de Joe Biden el 20 de enero.