Huelga de trenes en Francia

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Primer día de huelga en Francia

La huelga de ferroviarios en Francia provoca fuertes perturbaciones en trenes y cercanías

Los trabajadores de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia han iniciado una huelga con la intención de impedir la liberalización del sector ferroviario previsto en la reforma impulsada por Emmanuel Macron.

Los usuarios franceses de trenes y cercanías sucumben este martes a la resignación ante las fuertes perturbaciones que ha provocado la huelga de ferroviarios, que ha obligado a los pasajeros a cambiar sus horarios habituales o a sufrir esperas de varias horas. En uno de los andenes de la Estación del Norte de París, Chahrazed Barrouta espera sentada sobre su maleta desde hace más de una hora. En lugar de tomar un tren que une París y Lille en solo una hora, esta tunecina tuvo que cambiar su vuelo desde Túnez este mismo martes para poder llegar antes a la capital y viajar luego a Bruselas, desde donde podrá finalmente enlazar con esa ciudad del norte de Francia.

"Me he levantado a las cuatro de la mañana para poder tomar otro vuelo. He tenido que pagar 250 euros por esta huelga y ahora me toca esperar aquí dos horas y media", dice esta joven, quien asegura desconocer los motivos de la protesta.

Muchos de los usuarios que este martes se acercaban desconcertados a los "chalecos rojos" -los asistentes de información de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF)- eran extranjeros, a los que la huelga obligó a estar en los hoteles que rodean las estaciones. "Los extranjeros no comprenden, así que dicen: '¡Ah, son franceses, siempre están de huelga!'", ironiza un agente de la SNCF.

La frase se repite entre los que acostumbran a usar trenes y aviones en el país, como Kirk George, un canadiense que espera junto a varios compañeros de trabajo la llegada de un autobús privado que los llevará finalmente a Lille, pues su trayecto ha sido anulado. "Esto es Francia, aquí siempre hay una huelga por algo", declara George.

No todos se lo toman con la misma filosofía: Meyriam Cotte explica que se ha visto obligada a reservar dos viajes en coches compartidos para llegar desde Montpellier (sur de Francia) a Barcelona, su destino final, debido a la anulación de todos los trenes con España. "No comparto en absoluto los motivos de esta huelga, que molesta más a los usuarios que al Gobierno, ya que muchas personas tienen citas importantes o reuniones de trabajo que no pueden eludir", opina Cotte, para quien los huelguistas deberían buscar "un método más creativo y menos dañino".

En la Estación del Este de París, muchos esperan delante de las pantallas de información la llegada de trenes de cercanías que han pasado de circular cada media hora a hacerlo cada aproximadamente dos horas, como el de París-Meaux, adonde se dirige Stelline Péraudeau. "A mí, que no sigo la actualidad, esta huelga me molesta mucho. Y si se prolonga durante varios meses como quieren, no sé que voy a hacer con el trabajo", dice Péraudeau antes de saltar al convoy que ha esperado durante hora y media.

"Vengo a París para ir al médico y hoy tengo una hora y media de espera por trayecto, pero prefiero sacrificarme porque creo que el Gobierno quiere iniciar la privatización y yo ya he visto cómo esas mismas políticas empeoraron los servicios en Inglaterra", indicó Kam James, vecino franco-inglés de Chelles, en la periferia parisiense. A

lgunos usuarios, que seguían las actualizaciones de la huelga a través de la aplicación móvil de la SNCF, preferían utilizar los autobuses alternativos que trataban de mitigar los daños, así como taxis y vehículos privados que se concentraban hoy a la salida de las estaciones. Un agente de la compañía explicó que algunos trenes habían llegado a París saturados de pasajeros, si bien los medios de transporte alternativos facilitaron que, en general, los pocos vagones en funcionamiento estuvieran menos cargados y los usuarios pudieran entrar sin mayores problemas.

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