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Certificados de virginidad
Francia prohibirá y castigará los certificados de virginidad en una ley contra los separatismos religiosos
Francia quiere acabar con los certificados de virginidad que algunas comunidades religiosas exigen a las mujeres para casarse. Alegan que rompen con los principios de la República Francesa, mientras que expertos en la materia aseguran que la vía más idónea para acabar con esta práctica es un cambio de mentalidad a través de la educación.
Francia declara la guerra a los llamados certificados de virginidad a los que se somete a mujeres que van a casarse por motivos religiosos. “Prohibiremos por ley y penalizaremos las pruebas y los certificados de virginidad, ¡socavan la dignidad de las jóvenes!” Con estas palabras a través de sus redes sociales la actual Ministra Delegada en el área de Ciudadanía francesa, Malène Schiappa ha puesto de manifiesto que los certificados de virginidad quedarán completamente censurados en Francia un país que hace gala de su laicidad.
Multa de hasta 15.000 euros
Los certificados de virginidad son una práctica habitual en países musulmanes como Marruecos, donde las mujeres tienen que pasar esta especie de prueba para reconocer su virginidad ante sus familiares. En Francia podrá suponer una multa de hasta 15.000 euros y hasta un año de prisión si finalmente la propuesta, enmarcada dentro del proyecto de ley contra los separatismos del gobierno de Emmanuel Macron, es aprobada.
Antecedentes
En 2018 la ONU Derechos Humanos junto con ONU Mujeres y la Organización Mundial de la Salud hicieron un llamamiento mundial, a través de un comunicado que se puede leer en la página web de la OMS, para eliminar las pruebas de virginidad y todo tipo de exámenes ginecológicos “realizados en la creencia de que permiten determinar si una mujer o niña ha tenido relaciones sexuales vaginales”. Un texto en el que recordaban que era “una práctica innecesaria desde el punto de vista médico, y muchas veces dolorosa, humillante y traumática.”
Sin embargo, representantes del gobierno marroquí reconocieron en ese entonces que esta era una práctica que no respondía a ninguna obligación legal, desatendiendo así el llamamiento de la OMS.
Cambio de mentalidad y educación
Mientras este tema sigue generando debate, muchos expertos en la materia, médicos y ginecólogos, han asegurado que la mejor vía para acabar con este tipo de prácticas es un cambio de mentalidad y no la imposición de penalizaciones y multas.
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