Hospital de París

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SE VENDIÓ EN ESPAÑA HASTA 2005

Francia reconoce 500 muertes por el uso de un medicamento contra la diabetes

El Mediator, del laboratorio francés Servier provocaba enfermedades de las válvulas cardíacas e hipertensión pulmonar.

La Seguridad Social francesa reconoció que un medicamento para diabéticos, Mediator, prohibido en noviembre del pasado año, causó unos 500 muertos durante los 33 años que fue comercializado en el país. 

La Agencia Francesa de Productos Sanitarios, que adoptó esa conclusión como hipótesis "media" al término de un estudio según el cual otras 3.500 personas tuvieron que ser hospitalizadas a causa de Mediator, va a lanzar una serie de recomendaciones para quienes tomaron el medicamento en los últimos años.

La administración sanitaria ha obtenido las cifras a partir de las proyecciones ante la evidencia de un incremento del riesgo de válvulopatía, una patología cardíaca. 

El Mediator, del laboratorio francés Servier, fue retirado de la venta en noviembre del pasado año con el argumento de que "tenía una eficacia modesta en el tratamiento de la diabetes" y se sospechaba que causaba "un riesgo para las válvulas cardíacas". 

Los médicos de la Seguridad Social han establecido que el riesgo de complicaciones graves sería del orden de 0,5 casos por 1.000, y que se producen en tratamientos de al menos varios meses.

En Estados Unidos se retiró en 1997, y en España e Italia en 2005. Es un fármaco cercano en su composición de otro del mismo laboratorio, el Isoméride, que había dejado de comercializarse en Francia en 1997. 

Se calcula que en Francia desde el inicio de su comercialización en 1976 lo tomaron dos millones de personas, en principio pacientes con diabetes que además sumaban problemas de sobrepeso o de grasa en la sangre. 
También se utilizó como tratamiento adelgazante al considerarse que conseguía cortar el apetito. 

Varios enfermos se han querellado contra Servier por complicaciones cardíacas tras la toma de Mediator, y también han criticado a la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Productos Sanitarios (AFSSAPS) por no haber retirado antes esa molécula de la circulación que se vendió durante 33 años.

La neumóloga del hospital universitario de Brest Irène Franchon, que dió la alarma en Francia sobre los efectos de este medicamento en 2007, se felicitó de que "por fin" la administración sanitaria hubiera dado este paso que "es un avance muy importante porque además de los muertos hay otras víctimas, enfermos que sufren". 

Franchon, en declaraciones emitidas por la emisora "France Info" dijo haber "constatado a lo largo de los años la dificultad para retirar un producto farmacéutico" ante los grupos de presión que constituyen algunos fabricantes.

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