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Sáhara

El Frente Polisario considera roto el alto el fuego con Marruecos en el Sáhara Occidental y declara el estado de guerra

El secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD), Bahim Ghali, ha anunciado que considera roto el alto el fuego firmado con Marruecos en 1991 y ha responsabilizado a este país de las consecuencias de su ataque el viernes en el paso fronterizo de Guerguerat.

Bahim Ghali, el secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD), ha decretado el estado de guerra en todo el territorio, impuesto un toque de queda y subrayado que desde este momento las Fuerzas Armadas saharauis asumen el pleno control de la seguridad nacional. En este sentido, el decreto ordena al Estado Mayor del Ejército Popular de Liberación Saharaui "poner en marcha todas las medidas relacionadas con la implementación de los requisitos de este decreto dentro de sus competencias y autoridad".

Asimismo, insta a la Autoridad de Seguridad Nacional, encabezada por el primer ministro saharaui, Hamoudi Bouchraya Beyun, a "tomar las medidas relacionadas con la implementación de los requisitos de estado de guerra con respecto a la gestión y administración de las instituciones y organismos nacionales, y a garantizar la regularidad de los servicios a la población". Entre estas disposiciones, se ha impuesto un toque de queda en los campamentos de refugiados levantados hace 45 años en la región argelina de Tindouf, en la que malviven más de 250.000 personas, y en los denominados "territorios liberados".

Ataque en Guerguert

La tensión entre Rabat y el Polisario creció desde que el 21 de octubre un grupo de activistas saharauis llegara al paso fronterizo de Guerguerat, que une Mauritania con los territorios ocupados por Marruecos en la antigua colonia del Sahara Occidental, y bloquearan el paso por esta vía comercial asomada al océano Atlántico que ha crecido en importancia en los últimos años.

El viernes, unidades militares marroquíes cruzaron la línea divisoria para romper el bloqueo y levantar un pasillo de seguridad, acción que desencadenó un intercambio de disparos entre el Ejército marroquí y las fuerzas del Polisario apostadas en la zona. Horas después, unidades saharauis bombardearon cuatro bases militares y dos puestos de control de Marruecos situadas a lo largo del muro de seguridad construido en el desierto, el más largo del mundo con más de 2.500 kilómetros de longitud.

Aunque el Polisario aseguró que se habían producido "víctimas enemigas", esta información no ha sido confirmada ni desmentida aún por Marruecos ni ha podido ser corroborada por fuentes independientes. Poco después del ataque en Guerguerat, en el que no hubo que lamentar víctimas, decenas de saharauis salieron a las calles de los campamentos de refugiados para expresar su apoyo al Polisario y pedir armas para sumarse a una eventual guerra. También se produjeron manifestaciones anoche en las ciudades ocupadas por Marruecos en el Sahara Occidental, en particular en el Aioun, que fueron reprimidas por las fuerzas de Seguridad y la Gendarmería marroquí, que según dijeron a Efe activistas, practicaron varias detenciones.

Advertencia a la ONU

En este clima bélico, Ghali advirtió a la ONU que consideraba el ataque marroquí "una flagrante violación del acuerdo de alto el fuego" firmado en 1991 y aseguró que sus fuerzas habían respondido a la agresión "en un acto de legítima defensa". En una carta dirigida a la Secretaría General, Ghali responsabilizó a Marruecos de todas las consecuencias de la acción militar y subrayó que con su operación "el estado ocupante marroquí ha socavado gravemente no solo el alto el fuego y los acuerdos militares relacionados, sino también cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera”.

El mandatario saharaui argumentó, asimismo, que “el hecho de que la acción militar se produjera en vísperas de los contactos entre el Secretario General de la ONU y el Frente POLISARIO, programados para hoy, demuestra claramente que la operación es un acto de agresión premeditado por parte del Estado ocupante para abortar los esfuerzos de la ONU por disipar tensiones en la brecha ilegal de Guerguerat".