Pocos segundos después de que el conductor bajara del camión, se produjo una fuerte deflagración en una gasolinera de Melbourne. Lo que comenzó siendo un abastecimiento rutinario de combustible terminó en un incendio con llamas que superaban los 150 metros de altura.
Los clientes de un hotel situado enfrente consiguieron escapar antes de que el fuego alcanzara el establecimiento. "Pudimos ver el fuego y sentimos el humo y el calor", comenta un testigo. El pánico se apoderó de los presentes, según otra persona: "Fue una locura salir de allí. Cundió el pánico en todo el mundo". "Tuvimos que dejar los coches aquí y escapar", asegura otro testigo.
Más de cien bomberos lucharon para que no se extendieran las llamas. Aún se desconocen las causas del fuego aunque las investigaciones apuntan a una fuga de combustible. Según algunas fuentes, se estaba formando una tormenta en la zona por lo que un rayo podría haber provocado la explosión. El conductor se encuentra ingresado en estado crítico con quemaduras en brazos y piernas.