El presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, fue arrestado por las Fuerzas Republicanas leales a Alassane Ouattara, el jefe de Estado electo, tras más de cuatro meses de crisis política y diez días de intensos enfrentamientos en Abiyán. "Después de duros combates, y tras verse encerrados y vencidos, Laurent Gbagbo y su esposa, Simone, se han rendido a las Fuerzas Republicanas, y ahora están bajo arresto", dijo en un discurso televisado el primer ministro y titular de Defensa del Gobierno de Ouattara, Guillaume Soro.
"A primera hora de hoy, nuestras fuerzas especiales lanzaron el asalto final contra los mercenarios y otras milicias (de Gbagbo) que se encontraban en la Residencia Presidencial", aseguró Soro en una intervención en la televisión estatal de Costa de Marfil, TCI. Gbagbo se refugiaba en la Residencia Presidencial junto a su esposa y varios de sus aliados más cercanos desde que la ONU y la misión militar francesa Licorne se unieron a los ataques de los de Ouattara el pasado 4 de abril.
Durante el discurso de Soro, la TCI emitía a su vez imágenes de Gbgabo, que aparecía detenido en una habitación del Hotel Golf, donde Ouattara asentó su sede gubernamental después de que el presidente saliente se negara a entregarle el poder tras las elecciones del pasado noviembre.
En las imágenes de la televisión marfileña, en las que también se veía a Simone, esposa del presidente saliente, Gbagbo se mostraba notablemente nervioso, y hablaba continuamente con las fuerzas de Ouattara encargadas de vigilarle. Tras el anuncio del arresto de Gbagbo, Soro instó a los ciudadanos de Abiyán a que se mantuvieran calmados y a que permanecieran en sus casas esta noche, puesto que los efectivos de Ouattara llevarán a cabo una operación de limpieza para garantizar la seguridad en la ciudad.
Asimismo, llamó a los seguidores de Gbagbo a unirse a las Fuerzas Republicanas, y aseguró que "no se irá a la caza" de los partidarios del presidente saliente. Anoche, varios helicópteros de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) y de la operación militar francesa Licorne bombardearon el Palacio Presidencial, en el distrito de Abiyán de Plateau, y la Residencia Presidencial, con el objetivo, según las fuerzas internacionales, de evitar ataques contra civiles.
La Presidencia gala señaló hoy que la intervención de sus tropas en Costa de Marfil en los últimos días, y en concreto la de ayer, se ha producido a petición de la ONU en respuesta a los ataques contra la población civil, contra las fuerzas de Naciones Unidas y contra misiones diplomáticas.
Por su parte, la ONU afirmó que tras el arresto que Gbagbo y su esposa Simone han pedido que las fuerzas del organismo presentes en ese país velen por su seguridad. "Gbagbo y su esposa (...) han pedido que las fuerzas de Naciones Unidas en el país les presten protección en el apartamento (del Hotel Golf) en el que se encuentran, algo a lo que hemos accedido", explicó hoy el subsecretario general de la ONU para las operaciones de paz, Alain LeRoy.
Entretanto, las reacciones de la comunidad internacional no se han hecho esperar: la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, afirmó que el arresto de Gbagbo envía "una fuerte señal a dictadores y tiranos en todo el mundo", y la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, dijo estar "muy satisfecha" con la detención.
Además, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, afirmó a través de un comunicado que Costa de Marfil "tiene ahora una oportunidad real de dar con una solución pacífica a su conflicto y de un nuevo comienzo hacia la democracia, para lo que puede contar con el apoyo de Alemania".
La actual crisis marfileña comenzó después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el pasado 28 de noviembre, cuando Gbagbo, presidente de Costa de Marfil desde 2000, se negó a admitir su derrota frente a Ouattara y a cederle el poder, a pesar de la fuerte presión internacional.