Publicidad
ERA MUY JOVEN PARA DONAR
El gesto de un niño de seis años con el equipo de emergencias tras no poder donar sangre: "Quiero agradeceros todo lo que habéis hecho"
Un niño de seis años quería ir al hospital a donar sangre al enterarse de lo ocurrido en Mánchester, sin embargo debido a su corta edad los médicos le dijeron que era imposible. Devastado por no poder ayudar, su madre le animó a llevar gominolas y chocolatinas a los médicos para agradecerles su labor.
Joseph Griffiths, un niño de seis años, ha conmovido a las enfermeras de un hospital al llevar a cabo una bonita acción tras el atentado en Mánchester.
El niño, al que todo el equipo médico ha calificado de "ángel", le rogó a su madre Leah, de 28 años, que le llevara a donar sangre después de enterarse de que ella también lo iba a hacer.
El pequeño se había enterado de que la hermana y la madre de su mejor amigo estuvieron en el lugar del atentado cuando el terrorista accionó el explosivo y al ser consciente de que su grupo sanguíneo no era de los más comunes, le pidió a su madre que le llevara a donar sangre para ayudar. Sin embargo, debido a su corta edad, los médicos no le dejaron, algo que le dejó devastado.
Su madre no quería que estuviera triste, por lo que le animó a hacer algo bueno por el personal del servicio de emergencias, que había estado estresado desde el atentado en Mánchester.
Convencido de que iba a hacer algo bueno por la comunidad, su madre le llevó al hospital de Wythenshawe para que le diera gominolas y chocolatinas a los médicos, enfermeras y los agentes de policía que habían estado trabajando.
Su madre explicó que el niño "estaba devastado y no podía parar de llorar después de que le dijeran que no podía ayudar, así que le dije que podíamos ir a comprar golosinas y snacks cuando acabara sus clases y se las podíamos llevar al personal del hospital porque sabíamos que habían trabajado sin descanso", según recoge Mirror.
A su llegada al hospital el niño le dio algunas de las chocolatinas a los policías que había en la entrada y los agentes le dejaron ponerse su gorra. Entonces pasó al control de enfermeras y les dio galletas y tartas. Cuando le preguntaron que por qué hacía eso, Joseph contestó que era "porque quiero agradeceros todo lo que habéis hecho y vuestro trabajo", explica su madre, que cuenta que el personal médico no dudó en darle las gracias por su gesto.
Una de las enfermeras incluso contó a través de Facebook lo que había ocurrido. "No puedo explicar cómo esto nos afectó", dice la enfermera.
Publicidad