El jefe del Gabinete de Ministros de Argentina, Marcos Peña, aseveró que el presidente, Mauricio Macri, no llegó al poder para interferir en la Justicia, después de que la expresidenta Cristina Fernández le responsabilizara de que un juez haya ordenado su detención por presunto encubrimiento de terroristas
"Está garantizado el estado de derecho, las libertades y tenemos que acostumbrarnos a vivir en un contexto donde somos todos iguales ante la ley", remarcó Peña en declaraciones a la prensa en Buenos Aires.
"Estas medidas degradan aún mas a la justicia argentina y señalan al gobierno y al presidente Mauricio Macri como el máximo y verdadero responsable de una organización política y judicial para perseguir a la oposición", apostilló Cristina Fernández en una rueda de prensa en la que negó todos los cargos y consideró que no tienen "asidero ni jurídico ni institucional".
Poco después, y en respuesta a sus declaraciones, Peña argumentó que "la gente conoce al presidente" y sabe que no está en el cargo para interferir en la Justicia, sino para "trabajar para solucionar problemas, ayudar a que crezca el país y fortalecer nuestro marco institucional".
Se mostró también convencido de que "es un tema que requiere una investigación muy bien hecha" y que el trámite judicial "requiere un debido proceso de defensa y que se pueda desarrollar en normalidad dentro del sistema institucional".
Bonadio procesó y ordenó detener a Fernández, entre otros exmiembros de su Gobierno, por los presuntos delitos de traición a la patria y encubrimiento agravado y pidió al Senado que le despoje de la inmunidad de arresto, al considerar que puede entorpecer la investigación.