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El Gobierno japonés no cree que haya que cambiar la estrategia en Fukushima

El jefe del Gobierno japonés, Yukio Edano, descarta un cambio de estrategia frente a la crisis nuclear y asegura que aunque la gravedad del accidente se equipare a Chernóbil, la situación no está empeorando.

A pesar de que ahora el nivel de gravedad se sitúa en siete -el máximo en la escala internacional- frente al cinco anterior, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) evita las comparaciones entre Fukushima-1 y Chernobil. La diferencia está, explican, en que la equiparación se debe a la suma de la radiación emitida por los tres reactores de la planta nipona como un único incidente. En el caso de Chernobil fue solo un reactor, el número cuatro, el responsable de toda la radiación.

La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa (NISA, por sus siglas en inglés) y la Comisión de Seguridad Nuclear de Japón calculan que la radiación acumulada en Fukushima-1 es de entre 370.000 y 630.000 terabecquerelios. La media de esas dos cifras, 500.000 terabecquerelios, representa casi el 10% de la radiación total emitida en Chernobil, según los dos organismos.

Alimentos de Fukushima
El Gobierno japonés insiste en que su estrategia para frenar la crísis está funcionando. Para dar imágen de tranquilidad, su portavoz se ha comido ante las cámaras un tomate de la región de Fukushima. Los alimentos producidos aquí -dice- son seguros.

Sin embargo, el Gobierno de Japón ha prohibido la venta de los champiñones shiitake cultivados al aire libre en la prefectura de Fukushima, donde se encuentra la central en la que se ha desatado una emergencia nuclear, por los altos niveles de radiactividad detectados en estos alimentos.

En una rueda de prensa, el jefe de Gabinete, Yukio Edano, ha aclarado que la medida solo afecta a esta especie de hongo procedente de 13 ciudades y tres pueblos de dicha prefectura, al tiempo que ha matizado que quedan excluidos los cultivados en invernaderos. Las ciudades afectadas son Date, Soma, Minamisoma, Tamura, Iwaki, Shinchi, Kawamata, Namie, Futaba, Okuma, Tomioka, Nahara e Hirono; y los pueblos Iitate, Katsurao y Kawauchi, según informa la agencia de noticias Kiodo.

No es la primera vez que las autoridades japonesas imponen restricciones a la comercialización de ciertos productos. Anteriormente, han advertido sobre los vegetales, las hortalizas y el pescado de algunas regiones, afectadas también por la radiación.

Los ganaderos de la zona de Fukushima está experimentando pérdidas ya que por miedo a que esté contaminado la población no compra la leche y se ven obligados a tirar cientos de litros cada día.

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