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EL DOMINGO SE CELEBRA LA MARATÓN DE NUEVA YORK
Los grandes farsantes de la historia de los maratones: desde quien cogió el metro a mitad de camino a quien intercambió su dorsal
Hacer parte del recorrido en metro, intercambiar tu dorsal con alguien más rápido para recuperarlo a escasos metros de la meta o coger un 'atajo' para acortar parte del trayecto y lograr mejor tiempo. Éstas son algunas de las ya célebres trampas que se han llevado a cabo en maratones de todo el mundo.
La Maratón de Nueva York, que se celebra este domingo 4 de noviembre, reúne desde 1970 a cientos de miles de profesionales y aficionados que recorren algo más de 42 kilómetros por las calles de la ciudad norteamericana. Es una experiencia tan única que de las 250.000 solicitudes para correr este domingo, sólo 50.000 han obtenido el deseado dorsal.
Sin embargo, parece ser que hay corredores que no son conscientes de lo afortunado de su participación, y prefieren evitarse el arduo esfuerzo de la carrera haciendo trampas.
Este fue el caso de la ganadora del grupo de 70 a 74 años de 2017. La corredora intercambió su dorsal con una joven atleta que consiguió un tiempo sorprendente para tratarse, supuestamente, de una mujer de más de 70 años. Unas fotos posteriores en las que se veía a una chica de unos 30 años corriendo con su dorsal provocaron que fuera descalificada.
El problema de las elaboradas artimañas para conseguir mejores tiempos en maratones viene de lejos. Fue en las primeras Olimpiadas de la historia de la Era Moderna (Atenas,1896) cuando Spiridon Belokas se convirtió en el primer tramposo de la historia. El célebre atleta atravesó tercero la línea de meta aclamado por los vítores de los espectadores. Sin embargo, fue acusado de haber recorrido parte del trayecto en carruaje.
Quizás el caso más sonado es el de Rosie Ruiz en la maratón de Boston de 1980. Ruiz, siendo hasta entonces una completa desconocida, batió el récord del mundo en la categoría femenina y su extraordinaria marca desconcertó al mundo entero. Ningún fotógrafo o cámara de televisión había conseguido captar a la corredora, y al llegar a la meta no presentaba apenas los signos de cansancio propios de una maratón. La organización se puso a investigar y una periodista afirmó que había visto a Rosie en el metro. Misterio resuelto: Rosie fue estrepitosamente descalificada y se hizo internacionalmente famosa por haber conseguido un récord mundial con un billete de metro.
No menos reprochable es el caso de Roberto Madrazo. El político mexicano consiguió la victoria en el maratón de Berlín de 2007 en la categoría de mayores de 55 años. Posteriormente, fue descalificado al descubrirse que había recorrido varios kilómetros cómodamente en coche. La fotografía del político con atravesando sonriente la línea de meta dio la vuelta al mundo.
En definitiva, aunque estas curiosas historias puedan sacarnos unas divertidas sonrisas, convendría recalcar a todo potencial maratoniano que uno de los valores fundamentales del deporte es la transparencia. La bonita experiencia de ser partícipe de una carrera tan reconocida, el duro entrenamiento y el esfuerzo que conlleva terminarla, no debería quedar contaminado por la tentación de la picaresca deportiva.
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