El Gobierno griego continúa el tira y afloja con sus acreedores para tratar de lograr un acuerdo después de la reunión a cinco bandas que los representantes de las instituciones mantuvieron el lunes en Berlín.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha dejado la pelota en el tejado de los acreedores. Tsipras ha afirmado que Grecia les ha presentado propuestas concretas en las que ha hecho ciertas concesiones y ha recalcado que ahora la decisión está en manos de los líderes políticos europeos. "Grecia ha presentado propuestas concretas en las que hemos hecho concesiones, como es normal en una negociación, pero hemos presentado un plan realista para sacar al país de la crisis", dijo Tsipras tras visitar el Ministerio de Cultura y Deporte.
El primer ministro, que pese a todo se mostró optimista acerca de conseguir un buen final en las conversaciones, advirtió de que los ciudadanos tienen que prepararse para tiempos difíciles una vez concluya la negociación.
"Al día siguiente, tras el final de la negociación, habrá dificultades, pero lo que pide el pueblo al Gobierno es hacerles frente en condiciones de justicia e igualdad", subrayó.
Atenas ya ha desmentido que tras el encuentro de este lunes entre la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y los líderes de las llamadas "instituciones", la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, así como del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, se le facilitase un borrador de acuerdo, como han asegurado varios medios.
Éstos han hablado incluso de que los prestamistas habrían dado al Ejecutivo griego un ultimátum para la inminente consecución de un pacto. El borrador sería una última propuesta que las instituciones habrían puesto sobre la mesa con la única opción para Atenas de aceptarlo o rechazarlo. El viceprimer ministro griego, Yanis Dragasakis, negó la existencia de tal ultimátum y recalcó que "el Gobierno no sucumbirá al chantaje".
Dragasakis insistió en que el primer ministro y el Gobierno se centran en alcanzar "un acuerdo justo". Tsipras tiene las manos atadas entre las peticiones de los acreedores y las exigencias del ala más radical de su partido, el izquierdista Syriza, que insiste en que el Gobierno no ceda ante las demandas de las instituciones.
El debate en el seno de Syriza pasa por si el grupo parlamentario aprobaría un acuerdo en el que el Ejecutivo hubiese tenido que ceder ante ciertas cuestiones que consideran que infringen su programa de Gobierno y, por tanto, el mandato popular obtenido en las urnas.
"No se pueden aceptar medidas que no sean compatibles con el programa de Syriza", aseguró el portavoz parlamentario de la formación, Nikos Filis, en unas declaraciones a la cadena de televisión privada ANT1.
Filis recalcó que las medidas no se han concretado todavía sino que las negociaciones están en un terreno de "arenas movedizas". En los últimos días se ha hablado de un acercamiento de posturas a nivel técnico en temas en los que hasta ahora había profundos desacuerdos, como en la reforma del sistema de recaudación del impuesto sobre el valor añadido (IVA).
También se habría avanzado en el ámbito de la legislación laboral y las pensiones. Sin embargo, el tiempo se acaba para el Gobierno de Tsipras que afronta una semana decisiva en las conversaciones con la vista puesta en el viernes, cuando tiene que pagar al FMI un nuevo tramo del préstamo por valor de unos 300 millones de euros, una parte del total de cerca de 1.600 millones que debe devolver este mes.
Mientras, las voces en el seno del Gobierno continúan defendiendo las posiciones griegas. El ministro griego de Trabajo, Panos Skurletis, se mostró partidario de convocar elecciones anticipadas si no se llega a un acuerdo con los acreedores "honesto" y que mire hacia el progreso. "Cuando sales elegido no recibes un cheque en blanco. Si el acuerdo no constituye un compromiso honesto y que mire hacia el progreso hay que consultar al pueblo antes de firmarlo", dijo Skurletis en unas declaraciones a la televisión privada Skai.