Tras el emotivo discurso que ofreció la activista Greta Thunberg en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas la semana pasada, en el que impresionó por sus gestos y tonos al dirigirse a los líderes políticos, la joven ha recibido multitud de críticas y los expertos atribuyen su actitud al síndrome de Asperger que padece desde hace unos años.
El síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista que dificulta las relaciones sociales de quien lo padece, llegando a comportarse de forma extraña o excéntrica. Aún así, muchas de las personas con Asperger tienen una capacidad intelectual muy superior a la media.
La joven activista sueca no ha tenido una infancia sencilla. Ha llevado una vida nómada marcada por los constantes viajes que realizaba con su familia acompañando en las giras a su madre, la cantante Malena Ernman, que llegó incluso a ganar Eurovisión en el año 2009.
Su preocupante estado de ánimo y la repentina pérdida de peso, sumado a los continuos ataques de ira y el fuerte acoso escolar que sufrió, hizo que la joven fuera sometida a innumerables pruebas médicas hasta que le diagnosticaron el síndrome de Asperger. "Este síndrome se caracteriza por tener unos intereses que son muy absorbentes y unas conductas repetitivas", señala Araceli Martín, trabajadora social.
La adolescente sueca decidió empezar su lucha por el medio ambiente al descubrir una fotografía de una playa repleta de plásticos. Desde ese momento, ha dedicado todas sus fuerzas a la causa social, llegando a conectar con miles de jóvenes de su edad de todo el planeta.
