El presidente de Venezuela, Juan Guaidó, se ha mostrado dispuesto este jueves a que haya una intervención militar en el país para derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro, considerando que "la línea roja se pasó hace años", si bien ha subrayado que depende de sus aliados internacionales que se produzca.
Guaidó ha hablado de "cooperación internacional en suelo venezolano", pero ha mencionado como antecedente histórico la autorización que dio el libertador americano Simón Bolívar hace 200 años para que legionarios británicos ingresaran al territorio para luchar por la independencia de Venezuela.
"Debemos hablar todas las opciones, responsablemente, que nos generen menor costo social, que generen estabilidad y gobernabilidad, para atender la emergencia y producir elecciones realmente libres", ha dicho en una rueda de prensa que ha dado en Caracas.
Interrogado sobre qué "línea roja" debe superar el Gobierno de Maduro para desencadenar la intervención militar, Guaidó ha contestado que, en su opinión, "se pasó hace años" --"la emergencia es obvia, la necesidad es evidente"-- y que "eso tendrá que ver con los que van a cooperar".
El líder opositor ha revelado que ya ha hablado a este respecto con los gobiernos de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Brasil, así como con países del Grupo de Lima y de la Unión Europea. "Hemos conversado con nuestros amigos y, por supuesto, han dado una respuesta afirmativa pero en condicional", ha contado.
Guaidó ha aclarado que la Asamblea Nacional no autorizará "algo en el aire", deslizando así que no dará el paso hasta que sus aliados internacionales materialicen esa respuesta condicional. "Para bailar un tango hacen falta dos", ha ilustrado.
A este respecto, ha recordado que esta misma semana la Asamblea Nacional inició el proceso formal para reintegrar a Venezuela en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un convenio regional que contiene una especie de cláusula de defensa colectiva por la cual, ante la agresión contra un Estado miembro, los demás podrían intervenir.
"Golpe" al parlamento
Guaidó se ha mostrado seguro de que "la escalada represiva va a continuar". "Damos como un hecho que van a seguir deteniendo a diputados, que van a detener al presidente encargado. ¿Que pasa si eso se produce? ¿Eso es una línea roja para la comunidad internacional?", ha planteado.
El jefe de la Asamblea Nacional ha denunciado que, con la detención del vicepresidente de la sede legislativa, Edgar Zambrano, Maduro ha dado "un nuevo golpe al Parlamento" porque "es el vocero (portavoz) de la denuncia de la crisis humanitaria y de la corrupción".
Ha hecho hincapié en que "no es nuevo", recordando que su jefe de despacho, Roberto Marrero y los también diputados Juan Requesens y Gilber Caro están "secuestrados", y que destacados opositores como Freddy Guevara han tenido que refugiarse en embajadas extranjeras, mientras que otros como Julio Borges han tenido que salir de Venezuela.
"Y la lista no para ahí", ha enfatizado, apuntando a los diputados "a los que les han quitado el pasaporte y a los que les ha marcado sus casas el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) o el Ejército de Liberación Nacional (ELN)". "La Asamblea Nacional sufre un golpe continuado", ha lamentado.
"El peor momento" de Maduro
Guaidó ha atribuido todas estas acciones a que el 'chavismo' "está en su peor momento histórico". Según el opositor venezolano, "sus problemas internos se cuentan por miles" porque "están aislados" a nivel internacional y, a nivel interno, "no confían ninguno entre ellos".
"Ya no hay un resquebrajamiento, ya se rompieron todos los platos (... ) Y, para hacer ver un control que ya no tienen, usan la herramienta que han usado durante años, la persecución, el terror, el terrorismo de Estado", ha indicado. Se ha mostrado consciente de que los venezolanos pueden tener "miedo", pero les ha animado a volver a "tomar las calles" el sábado en una concentración "en todos los estados" del país que comenzará a las 10.00 (16.00 hora peninsular en España).
En su opinión, "la democracia ya ganó" porque Maduro "ya no está gobernando", sino protagonizando "actos de resistencia". Así, ha instado a los venezolanos a, "en estos días duros, mantenerse unidos y en las calles hasta conseguir el objetivo: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres". "Aquí no hay un país polarizado, hay un país determinado a recuperar su libertad (...) Los usurpadores saben que la confianza en ellos ya es irreparable", ha aseverado. "No nos vamos a rendir", ha recalcado.
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