Más de 84.000 personas siguen refugiadas, 7.700 continúan desaparecidas y aún quedan más de 20.000 viviendas por construir para atender a los miles de afectados.
El 11 de marzo saltaban todas las alarmas. Un terremoto y un tsunami desataban el pánico en una de las centrales consideradas hasta ahora, como una de las más seguras.
Ni siquiera la inmediata intervención de los Estados Unidos consiguió que, dos meses después, el gobierno japonés elevara el accidente nuclear al nivel 7, el mismo que el de Chernobyl.
La gestora de la central, Tepco, espera restablecer el próximo mes de julio la refrigeración de la central pero pospone hasta el año que viene la recuperación absoluta de Fukushima que actualmente almacena toneladas de agua radioactiva. Y mientras tanto, siguen apareciendo nuevas imágenes de la catastrófe.
25 años después de Chernobyl seguimos conociendo nuevos datos. La pregunta que muchos siguen haciendóse a esta hora es si realmente sabemos lo que ocurrió en el interior de la central, y lo más preocupante, sus verdaderas consecuencias.
