Hallan muerta a una niña de cinco años tras una riada de residuos en Brasil

El hallazgo del cuerpo de una niña de cinco años ha elevado a cuatro el número de muertes confirmadas por la riada de barro y residuos minerales que arrasó el pasado jueves a siete poblados del estado brasileño de Minas Gerais, en tanto que los bomberos redujeron a 22 el número de desaparecidos.

Su padre, que está hospitalizado tras haber sufrido fracturas en las piernas, relató que el río de barro lo sorprendió cuando, cargando a sus hijos de uno y cinco años, intentaba buscar refugio en una región más elevada.

Explicó que un vecino lo ayudó a salvar a su hijo menor y a escapar de la riada, pero la niña no corrió la misma suerte y la vio ser arrastrada por la avalancha.

El jefe de la Policía Civil en Bento Rodrigues, Rodrigo Bustamente, dijo que el cuerpo de la menor fue reconocido por sus familiares en el Instituto Médico Legal y que ya fue liberado para que pueda ser enterrado.

De acuerdo con el comisario, tras la confirmación de que la menor fue la cuarta víctima de la tragedia, la Policía espera identificar un quinto cuerpo hallado el domingo en un río de la región para determinar si igualmente su muerte fue provocada por la riada.

Explicó que la lista de desaparecidos fue reducida a 22 luego de la identificación de dos de las víctimas y de que familiares encontraran viva en casa de otros parientes a una mujer de 65 años y de quien no se tenía información.

Los bomberos extremaron los cuidados en las operaciones de búsqueda de víctimas de la tragedia luego de que se sintieran en la madrugada de este martes dos temblores de tierra en la región.

El temor es que los movimientos telúricos puedan provocar la ruptura de un tercer depósito de residuos minerales de Samarco cuya estabilidad quedó comprometida.

Pese a que las autoridades no han identificado la causa de la ruptura de los dos primeros diques, la misma se produjo tras tres temblores que sacudieron la región.

En las búsquedas participan unos 200 efectivos de los bomberos, la Policía, la Defensa Civil y el Ejército.

Bento Rodrigues, el poblado más afectado, prácticamente fue borrado del mapa pues la avalancha destruyó 158 de sus 180 casas y provocó daños en las 22 restantes.