Miles de islamistas han tomado las calles de varias ciudades de Egipto para protestar, en el denominado 'Viernes de la ira', contra las actuales autoridades del país y defender la legitimidad del depuesto presidente Mohamed Mursi. Las concentraciones han derivado en violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes que se han saldado con decenas de muertos.
Sólo en El Cairo, una ciudad tomada por el Ejército y escenario de los choques más intensos, alrededor de 60 personas han muerto, según fuentes de los servicios de seguridad. Un testigo de la agencia Reuters ha visto 27 cadáveres tendidos junto a una mezquita de la capital egipcia, aparentemente víctimas de disparos de bala y perdigones.
Los violentos enfrentamientos se han saldado con decenas de muertos
La creciente tensión en la que vive el país desde que la Policía desalojase el pasado miércoles dos campamentos de protesta islamista --una acción que derivó en una escalada de violencia con más de medio millar de muertos sólo el jueves--, ha quedado patente con las movilizaciones de este viernes, que se han convertido en campos de batalla en mucho menos tiempo que otras jornadas.
El sonido de las armas automáticas ha sido una constante en El Cairo, donde helicópteros del Ejército han vigilando los movimientos de los islamistas, especialmente en la plaza Ramsés. En este lugar se han producido los peores choques de este viernes, ya que el Ejército había bloqueado los accesos a la plaza Tahrir.
Sin embargo, la confusión imperante en las calles se traslada también a los datos y no existen cifras globales y cerradas de las víctimas que puede haber dejado tras de sí este viernes de violencia. Algunos cálculos sitúan en más de 30 el número de personas fallecidas en otras localidades egipcias.
En Alejandría, la segunda ciudad del país, cinco personas han muerto y 15 han resultado heridas por los enfrentamientos, mientras que en Fayum, al sur de El Cairo, los choques se han saldado con al menos cinco muertos y 70 heridos, según fuentes médicas y de los servicios de emergencia. También se han registrado ocho fallecidos en Damietta, en la costa mediterránea, cuatro en Ismailia y otras cuatro en Port Said.
"Tarde o temprano, moriré. Mejor morir luchando por mis derechos que en la cama. Las pistolas ya no nos asustan", ha asegurado una joven de 28 años asistente a las manifestaciones de El Cairo, Sara Ahmed. "No se trata de los Hermanos Musulmanes, sino de Derechos Humanos", ha añadido.
Las críticas se dirigen principalmente contra el jefe del Ejército, Abdelfatá al Sisi, al que atribuyen la responsabilidad del golpe que expulsó a Mursi del poder. "El pueblo quiere la ejecución del carnicero", ha afirmado Mustafa Ibrahim, manifestante de 37 años.
Frente a los islamistas que critican a los líderes golpistas y al actual Gobierno, hay quienes ven en el Ejército el defensor de la libertad reclamada en la revolución de hace dos años y medio. Mohamed Ali, un estudiante de empresariales de 22 años, colaboraba este viernes con los militares para bloquear la mezquita de Rabaa al Adawiya: "Estamos aquí para impedir que estos sucios bastardos vuelvan".
Nuevas protestas
Los medios estatales han endurecido su retórica contra los Hermanos Musulmanes y la televisión pública daba este viernes como titular: "Egipto lucha contra el terrorismo".
En Alejandría, la segunda ciudad del país, cinco personas han muerto y 15 han resultado heridas
Las advertencias, no obstante, no han amedrentado al principal grupo islamista del país norteafricano, que tras dar por concluidas las movilizaciones de este viernes --por el toque de queda nocturno impuesto por el Gobierno-- ha convocado una semana completa de protestas.
"Llamamos al pueblo egipcio y a las fuerzas nacionales a protestar diariamente hasta que termine el golpe", ha dicho el grupo en un comunicado, en alusión al golpe militar que expulsó a Mursi del poder el pasado 3 de julio.
Los Hermanos consideran que "los perpetradores del golpe han perdido por completo la cabeza" a la vista de la constante represión de las manifestaciones, en las que los miembros de las fuerzas de seguridad están legitimados para disparar contra civiles si consideran que su integridad o la de edificios públicos está en riesgo.
Al menos 24 agentes de la Policía egipcia han muerto en todo el país por los incidentes violentos registrados desde anoche, según ha informado este viernes un portavoz de los servicios de seguridad, lo que eleva a 67 los agentes fallecidos desde el desalojo de dos campamentos islamistas en El Cairo.