Vaticano
La historia oculta de amor del papa Francisco y la prohibición que le cambió la vida
A los 20 años, Francisco estuvo a punto de casarse con una joven argentina.
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Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el Papa Francisco, falleció el pasado 21 de abril a los 88 años tras sufrir un ictus cerebral. Detrás del líder espiritual, existe una historia humana que definió su camino. Una de esas historias poco conocidas es su primer amor adolescente, una relación que, aunque no llegó a concretarse, dejó huella en su vida.
Nacido el 17 de diciembre de 1936, hijo de un padre italiano que emigró a Argentina huyendo del fascismo. Creció en Buenos Aires, en un entorno modesto y trabajador. A los 20 años, cuando aún no había decidido su vocación religiosa, estuvo a punto de casarse con Amelia Damonte.
La relación entre Jorge Mario Bergoglio y Amalia Damonte comenzó en la infancia, cuando ambos tenían doce años y compartían juegos en los parques del barrio de Flores, en Buenos Aires. Vivían cerca uno del otro y desarrollaron una conexión especial basada en la humildad y la preocupación por los más necesitados. "Era grande, maduro, una maravilla de muchacho", recordó Amalia años después en una entrevista.
La carta que cambió todo
Fue Bergoglio quien, durante su adolescencia, tomó la decisión de enviarle a Amalia una carta de amor acompañada de un dibujo y un mensaje. "Te haré una casita para cuando nos casemos" o "Si no me caso con vos, me hago cura", era lo que escribió. Sin embargo, los padres de Amalia, opuestos a un matrimonio, prohibieron a su hija continuar la relación y le impidieron responder a las cartas.
Ella misma reconoció años después de que aquel "no" fue lo mejor para el futuro del joven Bergoglio. "Por suerte, para él, le dije que no", confesaba entre risas en una entrevista tiempo después.
Después del rechazo, Bergoglio decidió ingresar al seminario jesuita, con una vocación que lo llevó a dedicar su vida a los más necesitados. Aunque la relación terminó, Amelia y Jorge mantuvieron contacto a través de cartas durante años, informa 'La Razón'. Ella lo siguió desde la distancia: "Creo que él es muy sensato, y yo también. Tal vez podríamos haber sido almas gemelas", dijo.
Bergoglio siempre se mostró cercano a las parroquias más humildes de Argentina. Prefería orar en la calle, junto a los que tenían menos, y se ganó el cariño de muchos por su carácter espontáneo y sencillo. Sor María, quien lo conoció viajando en el sutre, es decir el metro, cuenta que él se movía entre la gente común, sin distinciones.
Cuando parecía que estaba próximo a jubilarse, fue elegido Papa en 2013. Llegó a Roma con poca cosa: una valijita pequeña con algunas mudas de ropa, una Biblia y una frase que tenía grabada en el corazón: "Caminar sin dejar huella no sirve para nada".
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