El presidente francés, François Hollande, prepara abocado por el revés electoral de la izquierda en las municipales, una remodelación de su Gobierno, en la que la principal incógnita es si cambiará al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, por el titular de Interior, Manuel Valls. A falta de una confirmación oficial, los medios de comunicación dan por hecho que va a hacer oficiales sus anuncios con ocasión de una intervención en el informativo televisivo de máxima audiencia, a las 20.00 locales (18.00 GMT).
Por la mañana, el jefe del Estado socialista recibió durante más de hora y media a Ayrault, quien anoche admitió que la elección municipal era "una derrota para el Gobierno y para la mayoría", y dijo que asumiría "toda la parte de (su) responsabilidad", aunque no ha dado pistas sobre si presentará su dimisión. Hollande estuvo a continuación con Valls, que aparece como el favorito para el puesto de primer ministro.
En paralelo, Ayrault se entrevistó con el primer secretario del Partido Socialista (PS), Harlem Désir, para analizar el sentir de una formación que ayer salió sonada de la segunda vuelta de las municipales, tras la que va a tener que asumir la pérdida por parte de la izquierda y en favor de la derecha de las alcaldías de más de 150 ciudades de más de 9.000 habitantes.
Desde el PS, algunas de las voces más conocidas del ala izquierda, como la diputada Marie-Noelle Lienneman, reclamaron a Hollande abandonar el llamado "pacto de responsabilidad" para una reducción masiva de las cotizaciones sociales de las empresas, que debe formalizarse en las próximas semanas, y que ese paso vaya acompañado de un plan de disminución del gasto público de 50.000 millones.
En una línea similar, el jefe del grupo en el Senado de los ecologistas, Jean-Vincent Placé, advirtió de que su grupo no votará ese pacto tal y como está concebido, y reclamó como Lienneman medidas en favor del poder adquisitivo. Desde la oposición de derechas, la gran ganadora de los comicios municipales, el presidente de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), Jean-François Copé, instó al jefe del Estado a "hablar rápidamente", porque "los franceses no entenderían que permaneciera silencioso después de una desautorización tan fuerte".
"Hay que cambiar de política, probablemente también de Gobierno", señaló en una entrevista a la cadena "BFM TV". La UMP y sus aliados han conseguido conquistar una decena de las grandes ciudades de más de 100.000 habitantes, en particular Toulouse, Saint-Etienne, Reims, Caen, Tours, Angers, Amiens o Limoges, que había sido gobernada por la izquierda desde 1912.
Entre esas grandes urbes, la izquierda logró salvar los muebles sobre todo en París, que tendrá como alcaldesa a la socialista franco-española Anne Hidalgo, pero también en Lyon, Estrasburgo y Nantes.