El nuevo presidente de Francia, François Hollande, lanzó un mensaje de confianza a los franceses y recalcó su intención de abrir una nueva vía en Europa, en su primer discurso tras haber sido investido oficialmente como jefe del Estado.
Contribuir a la paz en el mundo y movilizar todas las fuerzas del país fueron otros propósitos que se marcó para estos cinco años de mandato, en los que apuntó que ejercerá el poder con dignidad y ejemplaridad.
El nuevo presidente francés, Francois Hollande, ha tomado posesión este martes como presidente de Francia en el palacio del Elíseo en una sobria ceremonia en la que ha asumido el testigo del presidente saliente, Nicolas Sarkozy, y ha recibido el collar de Gran Maestro de la orden de la Legión de Honor.
"Francia es un gran país y superará la situación elevándose"
Sarkozy ha conversado unos minutos con su sucesor, que ha estampado su firma en el libro de honor del palacio presidencial para aceptar el cargo de presidente galo, antes de recibir el collar de Gran Maestro de la Legión de Honor, la máxima condecoración que otorga la República de Francia.
Tras la salida de Sarkozy y la exprimera dama Carla Bruni del palacio del Elíseo, Hollande ha dado su primer discurso como presidente francés, en el que ha trasladado "un mensaje de confianza" a los ciudadanos galos, a quienes ha transmitido que Francia es "un gran país" que superará las dificultades "elevándose" y no "doblegándose".
Hollande se ha comprometido a promover la "convivencia" de "todos" los franceses en torno a los "valores" de la República francesa y ha asegurado que devolverá al país a la senda de "la justicia" y abrirá "una nueva vía en Europa", además de "contribuir a la paz en el mundo".
"No puede haber cada vez más sacrificios", ha subrayado el nuevo jefe de Estado, que ha apostado por "devolver la confianza a los jóvenes" franceses, fundamentales para la reactivación de la economía del país. "Su participación es vital para el éxito de la economía", ha aseverado Hollande, que se ha comprometido a "luchar contra todas las precariedades" económicas.
Tras su investidura, Hollande viaja a Berlín para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel. Será la primera vez que aborden sus discrepancias sobre el pacto fiscal. Merkel está convencida de que solo son polisibles políticas de austeridad para disminuir el peso de la deuda mientras que Hollande quiere complementarlo con un plan para la creación de empleo.