El príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa, la duquesa Camila de Cornwall, realizaron una visita secreta a una estación ganadera en el este de Australia, donde inauguraron los juegos de la Commonwealth.
El príncipe Carlos tuvo un caluroso recibimiento por una tribu aborigen: con un tocado de plumas y una especia de bolso. Esta es la primera vez que una tribu recibe con un homenaje a una persona no indígena.
La pareja fue vista abordando un avión en el aeropuerto de Wagga Wagga, a unos 370 kilómetros al suroeste de Sídney, tras pasar varios días en la finca Deltroit, propiedad del empresario británico-australiano Michael Hintze.
"Siempre ha sido una finca fantástica con unos jardines estupendos. Estoy seguro que Carlos y Camila habrán tenido una estancia agradable y relajante", añadió el alcalde.
Carlos y Camila se dirigieron a Brisbane, la capital del estado de Queensland, donde pasearon por el Jardín Botánico y fueron saludados por varios residentes.