Con gases lacrimógenos y agua a presión la policía intentó disuadir a los cientos de manifestantes que intentaron tomar las principales calles de la capital y los alrededores de las universidades.
Una situación que se ha repetido en otros puntos del país y que ha dejado un total de 35 detenidos y 11 heridos. El presidente chileno ha lamentado los hechos y ha asegurado que daña la imagen del país.