La impulsora del #MeToo francés, condenada a pagar 20.000 euros a un hombre por difamarle sobre un acoso sexual que no existió

En 2017 en pleno escándalo Wenstein la periodista Sandra Muller denunció en una red social que un alto ejecutivo de su empresa le hizo una propuesta sexual durante una fiesta. La revista "Time" la nombró una de "las rompedoras del silencio" pero ahora el Tribunal de París ha considerado que no hubo un delito de acoso y que acusarlo fue difamatorio.

Según la versión de Muller él se acercó durante un cóctel y le dijo "tienes pechos grandes y te voy a hacer gozar toda la noche". El hombre denunciado admitió que "la abordó bruscamente con comentarios fuera de lugar" pero aseguró que no insistió y que su comportamiento no es comparable con la gravedad de los delitos atribuidos a Weinstein. Reconoció la importancia de movimientos como el #MeToo pero reclamó el "derecho a la verdad y el matiz" frente a las calumnias.

Sandra Muller ha dicho que va a seguir luchando hasta que "la justicia abra los ojos" para que no se acalle la voz de las víctimas.