Este verano está siendo un verano trágico en cuanto a incendios, así lo demuestran las imágenes captadas por la NASA. El fuego arrasa el Amazonas de Brasil con miles de focos activos, también hay llamas en la Amazonía de Perú, Bolivia y Paraguay. En total hay calcinadas un millón de hectáreas.
La situación en África es mucho peor, el 70% de la tierra quemada en todo el planeta está en el África subsahariana. A estos desastres naturales se les suma otro en Indonesia. Su capital, Yakarta, es una de las que más rápido se está hundiendo en todo el mundo, porque se asienta sobre tierras pantanosas. Su traslado ya está previsto. La capital se hunde casi ocho centímetros al año, casi la mitad de la ciudad está por debajo del nivel del mar. Por eso el gobierno ha decidido crear una nueva capital, menos colapsada y contaminada, en la isla de Borneo.
Este lugar está alejado de volcanes, posibles maremotos o tsunamis y tiene un riesgo mínimo de desastres naturales. Aunque no hay nombre todavía para la nueva capital si que se ha calculado lo que costará: más de 29.000 millones de euros.
Yakarta no es la única capital que se hunde. El gobierno nigeriano decidió cambiar la masificada y calurosa Lagos, que está desapareciendo poco a poco por la subida del mar, por una ciudad más seca: Abuja. Egipto también busca otra capital en el desierto porque El Cairo es demasiado grande y masificada. La alternativa a la masificada Río de Janeiro sirvió para centralizar el poder y crear en los años 50 una de las capitales más modernas de Sudamérica.