El presidente de EEUU, Donald Trump, alejó la posibilidad de un conflicto militar con Irán al retomar la vía de la presión económica, pero no logró convencer a un Congreso cada vez más dividido por su decisión de asesinar al general iraní Qasem Soleimaní.
Horas después de que Trump anunciara que había decidido imponer "inmediatamente" más sanciones a Irán en lugar de optar por una escalada militar, la Cámara de Representantes de EEUU programó un voto para este jueves destinado a limitar "las acciones militares" del mandatario respecto a Teherán.
Además, una sesión informativa de altos cargos del Gobierno con legisladores dejó patente la creciente incomodidad de muchos representantes de ambos partidos respecto a la decisión de Trump de lanzar la operación contra Soleimaní sin consultar al Congreso.
En su esperado discurso en la Casa Blanca, Trump se mostró más conciliador de lo habitual con Irán, y disipó los temores de un conflicto abierto entre Washington y Teherán tras al asesinato de Soleimaní en un ataque aéreo estadounidense el pasado 3 de enero en Bagdad.
Un día después del ataque iraní contra dos bases donde había tropas del país en Irak, Trump destacó que no hubo "bajas mortales" ni de estadounidenses ni de iraquíes, y concluyó que Irán "parece estar conteniéndose", por lo que decidió alejarse de la vía militar y volver a su estrategia habitual de presión económica. "EE.UU. inmediatamente impondrá sanciones adicionales contra el régimen iraní", dijo Trump en su declaración.