La reina Isabel II de Inglaterra admitió este martes en su discurso de Navidad que las bodas y los nacimientos de este año en la familia real la han "mantenido ocupada" y reflexionó sobre los valores cristianos y la importancia del respeto.
Como cada año, las cadenas emitieron el discurso de la jefa de Estado británica, de 92 años, después del tradicional almuerzo de los británicos y de la familia Windsor en la residencia de Sandringham, en el condado de Norfolk, en el este de Inglaterra.
En su alocución, la soberana dijo que este ha sido un año activo para su familia, con las bodas de dos de sus nietos -la del príncipe Enrique y la de la princesa Eugenia-, celebradas en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, a las afueras de Londres. "Ha sido un año activo para mi familia, con dos bodas y dos bebés y otro que se espera pronto. Esto ayuda a una abuela a estar ocupada. Hemos tenido también otras celebraciones, incluidos los 70 años del príncipe de Gales", afirmó.
El pasado mayo, el príncipe Enrique -hijo del príncipe Carlos- se casó con la estadounidense Meghan Markle, mientras que la princesa Eugenia -hija del duque de York- contrajo matrimonio con el empresario británico Jack Brooksbank.
En abril nació el príncipe Luis, tercer hijo de los duques de Cambridge, y este año Zara Tindall -hija de la princesa Ana y nieta de Isabel II- dio a luz a su segunda hija, Lena Tindall, y asimismo está embarazada la duquesa de Sussex, Meghan. "Algunas culturas creen que una vida larga trae sabiduría. Me gustaría pensar que sí", afirmó la reina.
"A través de los muchos cambios que he visto a lo largo de los años, la fe, la familia y la amistad han sido, no solo factores constantes para mí, sino fuente de tranquilidad y seguridad", dijo Isabel II, cuyo discurso fue grabado en el palacio de Buckingham, frente a un árbol de Navidad y una mesa con fotos familiares.
La soberana mencionó la reunión este año de los líderes de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), cuya fortaleza -resaltó- reside en los lazos de afecto que promueve y el deseo común por vivir en un mundo "mejor y más pacífico".
"Incluso ante las diferencias más profundas, tratarse con respeto y como ser humano, es siempre el primer paso hacia un mayor entendimiento", resaltó la jefa de Estado. Esa mención al "entendimiento", ya adelantado ayer a los medios por el palacio de Buckingham, ha sido interpretado como una llamada de atención por las profundas divisiones que viven los partidos políticos del Reino Unido en la recta final del "brexit".
"La historia de la Navidad retiene su atractivo ya que no aporta explicaciones teóricas para el rompecabezas de la vida. Se trata en cambio del nacimiento de un niño y la esperanza que ese nacimiento hace dos mil años trajo al mundo. Solo unos pocos reconocieron a Jesús cuando nació. Ahora miles de millones lo siguen", resaltó.
"Ese mensaje de paz sobre la tierra" nunca queda "anticuado", sino que es "más necesario que nunca. Feliz Navidad para todos", concluyó.
Las palabras de la soberana llegan en un momento difícil por la falta de acuerdo entre los partidos sobre la retirada británica de la Unión Europea (UE) y la negativa de muchos diputados a aprobar el acuerdo del "brexit" negociado entre Londres y Bruselas. El Reino Unido se retirará de la UE el 29 de marzo de 2019, casi tres años después de que los británicos votasen en un referéndum a favor de salir del bloque europeo.