Israel celebró el espaldarazo diplomático que supone sobre su posición sobre Jerusalén el traslado de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a esta ciudad, con una recepción que estuvo encabezada por el primer ministro israelí y titular de Exteriores, Benjamín Netanyahu.
Cuarenta países de los 86 invitados, entre ellos los europeos Rumanía, Hungría, Austria y la República Checa, confirmaron su asistencia al acto en la sede de Exteriores, que protagonizó la delegación enviada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para participar en la inauguración en Jerusalén.
La misión -encabezada por el subsecretario de Estado de EEUU, John Sullivan; la hija y asesora del presidente, Ivanka Trump, su marido - aplaudió los agradecimientos de Netanyahu. "Lo haremos en el 70 aniversario de Israel. Setenta años de libertad y democracia", dijo Mnuchin, ya que el cambio coincide con la declaración de independencia del Estado de Israel hace siete décadas.
"Lo que está haciendo Estados Unidos es cumplir la ley porque el traslado ya se aprobó en 1995, pero los presidentes habían rechazado aplicarla", aseguró el congresista estadounidense Mario Diaz-Balart, quien viajó a Israel junto a otros legisladores como muestra de apoyo. "Animo a todos los países a unirse a Estados Unidos y trasladar sus embajadas a Jerusalén", dijo el jefe del Gobierno israelí a los diplomáticos presentes en el acto de hoy, "porque es lo correcto y porque sirve para avanzar en la paz".
Netanyahu reivindicó que Jerusalén ha sido capital del pueblo judío "desde hace 3.000 años" y del Estado de Israel desde hace 70 y aseguró que "lo seguirá siendo eternamente". "Feliz cumpleaños" Jerusalén, declaró el mandatario cuando decenas de miles de personas celebraban con una marcha en las calles lo que el país denomina "la reunificación" de la ciudad tras la Guerra de los Seis Días de 1967, que para la comunidad internacional supone el inicio de la ocupación israelí de su parte oriental.