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TRAS LAS ELECCIONES GENERALES

Italia vive horas de incertidumbre pendiente de pactos

Los italianos empiezan a darse cuenta del gran embrollo político que suponen los resultados electorales. Saben que es extremadamente dificil lograr un gobierno estable, que contente a los aliados europeos, y no alarme a los mercados.

Italia se ha levantado sin saber cuánto durará el nuevo gobierno. El único optimista parece ser Silvio Berlusconi. El político conservador se ha quedado a tan solo 120.000 votos de ganar en la Cámara de los Diputados. Este martes ha reconocido la victoria del líder de centro-izquierda.

Se trata de una victoria envenenada en el Senado, donde Pier Luigi Bersani vence por solo tres escaños al centro-derecha. Los resultados bloquean la capacidad del progresista para gobernar y refuerzan la imagen de 'Il Cavaliere'. Incombustible, Berlusconi ha pedido reflexión a los políticos y sacrificos, y no descarta pactos por el bien del país. "Todos tenemos que estar preparados para hacer algunos sacrificios, pero creo que este paí­s no se puede dejar sin gobierno", ha afirmado.

Lo único que descarta el ex primer ministro italiano es un acuerdo con Mario Monti. El tecnócrata ha pagado en las urnas su política de recortes, más cercana a Alemania que a los electores italianos. "Espero que esta fase de cambio traiga buenas soluciones y los italianos sufran lo menos posible las turbulencias de los mercados", ha valorado Monti. Su coalición logra un cuarto puesto, insuficiente para postularse como socio de Bersani.

El único que podría desequilibrar la balanza es Beppe Grillo. "Esto ha sido un ensayo general", ha dicho a una emisora de radio. "Y los políticos lo saben. Hemos comenzado una guerra de generaciones", ha añadido. El cómico, con más del 25% de los sufragios, sigue fiel a su antipolítica y por el momento no pactará.

Es una situación muy delicada, cree Pier Luigi Bersani. La prensa ya baraja un gobierno de unidad nacional. De momento, Italia se encamina quizá hacia el peor escenario económico que podía salir de las elecciones celebradas este domingo y lunes, el de un Gobierno sin mayoría clara en el Senado que tendrá que hacer frente a la crisis e hipotecar sus reformas a las condiciones de los distintos partidos.

Este preocupante escenario no solo en lo político, sino también en lo económico, ya ha tenido reflejo inmediato con una resaca electoral que ha hecho dispararse la prima de riesgo de la deuda italiana por encima de los 330 puntos básicos, que el Tesoro italiano tuviera que pagar más por colocar bonos a 6 meses y que los títulos financieros se desplomaran en la Bolsa de Milán.

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