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PROMETE DAR LA VUELTA A LA SITUACIÓN
Jeb Bush responsabiliza a Obama y a Clinton de la expansión del Estado Islámico
El gobernador de Florida y aspirante a la nominación republicana para las presidenciales del año que viene, culpa tanto a Barack Obama como a Hillary Clinton del crecimiento del Estado Islámico, ya que considera que sus decisiones políticas han permitido el avance incontrolado de la amenaza terrorista.
El exgobernador de Florida y aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2016, Jeb Bush, culpó del crecimiento del grupo terrorista Estado Islámico, al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a la precandidata demócrata Hillary Clinton.
En su discurso en la Biblioteca Ronald Reagan en Simiy Valley, al este de Los Ángeles, Bush criticó a Obama por "ni siquiera llamar por su nombre a una de las más graves amenazas que enfrentamos hoy y que viene de los terroristas islámicos".
El exgobernador aseguró que las decisiones del Gobierno en los años recientes han permitido el crecimiento incontrolado de la amenaza terrorista y reclamó que es falso que "la marea de guerra está bajando" como afirmó Obama en octubre de 2011, cuando anunció el retiro de las tropas de Irak.
"La realidad es que el radicalismo islámico se ha ido expandiendo como una pandemia a todo lo largo del Medio Oriente, a través de África y en partes de Asia e incluso en las naciones de Occidente, reclutando seguidores en Europa y los Estados Unidos", enfatizó el hermano del presidente que inició la guerra en Irak.
El candidato republicano, segundo en varias encuestas recientes, igualmente responsabilizó a la candidata Clinton, por su papel como Secretaria de Estado. "¿Y dónde estaba la Secretaria de Estado Clinton en todo esto?", cuestionó Bush, culpándola enseguida de tomar las mismas acciones de Obama.
Con un salón a su máxima capacidad, el líder republicano recibió frecuentes aplausos y ovaciones durante su discurso, auspiciado por la Fundación Presidencial Ronald Reagan.
En la parte final de su presentación, Bush prometió "dar la vuelta" a la situación y "comenzar reconstruyendo las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos". "Una estrategia ganadora para el estado ante cualquier amenaza para nosotros y nuestros amigos, depende en última instancia de la fortaleza militar que asegura la influencia estadounidense", concluyó.
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