Discurso sobre el Estado de la Unión

Joe Biden sacó pecho en lo económico, fue duro en política internacional y apostó por el consenso en materia interna

El presidente dio el discurso sobre el Estado de la Unión en Washington. En una alocución de una hora y 13 minutos, Biden lidió con sus discutibles cualidades para la oratoria y lanzó un mensaje triunfalista en lo económico.

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En política internacional fue un discurso duro con Rusia y China, en el que tampoco mostró condescendencia con la UE en materia de subvenciones a las energías verdes y a la alta tecnología. De centroizquierda en política interna, con defensa del aborto y del colectivo LGBTI, proponiendo subidas de impuestos a los multimillonarios y a las grandes empresas, y en el que abogó por la reforma de la policía – propuesta aplaudida por la oposición republicana. Una serie de medidas que casi con toda probabilidad, no irán a ningún sitio porque su partido no tiene la mayoría en la Cámara de Representantes.

Fue especialmente duro con Rusia y firme con China

En política exterior, Biden fue previsible se reafirmó en que la política estadounidense no va a cambiar, ni siquiera tras la pérdida por su partido de la Cámara de Representantes. "La invasión de Putin ha sido una prueba a la que nos ha sometido la Historia; una prueba para Estados Unidos; una prueba para el mundo", dijo el presidente estadounidense, que se preguntó, de manera retórica: "¿Nos mantendríamos en la defensa de los principios más básicos? ¿Nos mantendríamos en la defensa de la soberanía nacional? ¿Nos mantendríamos en la defensa del derecho de los pueblos a vivir libres de tiranías? ¿Nos mantendríamos en la defensa de la democracia?" Biden cerró sus preguntas con un "un año después (...) conocemos la respuesta: sí, nos hemos mantenido".

Entre los invitados de Biden estaba la embajadora de Ucrania, Oksana Markarova. La misma contundencia pero sobre otra realidad mostró con China. Ahí, Biden culpó a Donald Trump, al afirmar que "antes de que llegara al cargo, la idea generalizada era cómo la República Popular China iba incrementando su poder y cómo Estados Unidos iba fallándole al mundo. Eso ya no es así".

"No voy a pedir perdón por hacer fuerte a Estados Unidos"

Joe Biden

Y ahí, Biden lanzó una frase que podría interpretarse tanto como una advertencia a China como a la UE, al defender su política de subvenciones en materia de tecnología y energías renovables. Biden, dijo "no voy a pedir perdón por invertir en hacer a Estados Unidos fuerte".

A pesar de que gran parte del Partido Demócrata está en guerra con el sector de los hidrocarburos, el presidente dio un giro de timón y sorprendió con esta frase "Vamos a necesitar petróleo durante otra década", para luego reafirmarse "Vamos a tener que necesitar petróleo y gas durante una temporada". Esas dos frases no estaban en la versión del discurso enviada por la Casa Blanca a los medios de comunicación y también fueron aplaudidas por la oposición.

Un discurso plagado de guiños sociales

En política interna su frase utilizada fue: "Terminemos el trabajo". Una sentencia que fue la más repetida en su segundo discurso del estado de la Unión ante las dos cámaras del Congreso. Un discurso plagado de guiños sociales y con repetidos llamamientos a los republicanos a favor de la unidad y el consenso. Biden insistió en el bipartidismo en la aprobación de nuevas leyes como pueden ser la de prohibición de la venta libre de armas de asalto, las que protejan a los consumidores frente a los abusos de compañías tecnológicas, aéreas o de viajes, e incluso las que reafirmen algunos avances en la sanidad pública.

Sobre los engaños a los consumidores por parte de multinacionales dijo que “los estadounidenses están cansados de que los tomen por tontos”. Y anunció el lanzamiento de una normativa de "prevención de tarifas basura para que algunas empresas dejen de estafarnos”.

El presidente todavía tiene que confirmar su intención de presentarse a la reelección que ya apuntó hace tres meses. Pero su énfasis en la necesidad de concluir su tarea en su discurso va enfocada claramente en esa dirección. Hay que recordar que Biden tiene ya 80 años

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