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EN ESTADOS UNIDOS

John, el joven con síndrome de Down que ha convertido su pasión por los calcetines en un negocio millonario

John siempre ha tenido pasión por los calcetines, por lo que cuando acabó la educación secundaria decidió convertir su pasión en negocio. De esta manera, creó junto a su padre un negocio de distribución de calcetines que dona parte de sus beneficios a asociaciones.

John Cronin es un joven de 21 años con síndrome de Down que ha pasado la mayor parte de su vida completando sus 'looks' con calcetines muy llamativos. Sus hermanos mayores no lo entendían y le pedían a su padre que frenara las pretensiones de estilo de John y le prohibiera vestir así. Pero esto a él le daba igual, ignoraba esos comentarios.

"No son la policía de la moda", señala John al medio 'Today'. "Me encantan los calcetines muy coloridos, dejadme ser yo mismo", decía.

Según iba creciendo, se comenzó a plantear qué iba a hacer con su futuro cuando acabara la escuela secundaria. Sabía que no quería ir a la universidad y que podría empezar un negocio con su padre, aunque no tenía muy claro qué tipo de empresa sería.

John sabía que quería una empresa que comercializase algo "divertido", pero no sabía el qué. Pensó que un 'truck food', un camión de comida ambulante, sería una buena idea, pero tenían un problema: "Mi padre y yo no sabemos cocinar", explica John.

Ha vendido calcetines al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y al expresidente de Estados Unidos, George H.W. Bush

Entonces se dio cuenta de que podía convertir su pasión por los calcetines en un negocio. "Quería hacer algo divertido y creativo", señala.

Fue en noviembre de 2016 cuando John y su padre crearon su negocio, al que llamaron John's Crazy Socks. Diseñaron una página web y un logo para la empresa: 'Calcetines, calcetines y más calcetines'.

En diciembre abrieron oficialmente la empresa y se sintieron abrumados por la gran respuesta del público. Rápidamente se agotaron las existencias y el padre de John, Mark Cronin, tuvo que ir a las tiendas locales para adquirir más calcetines de cara a la campaña de Navidad.

Su modelo de empresa es sencillo: John's Crazy Socks se encarga de distribuir los calcetines hechos por otras compañías. Un modelo de negocio que ha resultado muy exitoso para los Cronins. En poco más de un año han recibido más de 42.000 pedidos y han recaudado 1,7 millones de dólares en ingresos.

The Donald Socks

Mark Cronin atribuye el éxito de la empresa a la dedicación de su hijo. "John es un modelo a seguir", dice orgulloso. Aunque también considera que la compañía sigue teniendo éxito porque se centra en cuatro principios. El primero es que la empresa proporciona esperanza e inspiración. "Contratamos personas discapacitadas. Esto es lo que pueden hacer si se les da una oportunidad", aseguraba Mark.

Pero además, la empresa dona el 5% de sus ganancias a Olimpiadas Especiales, a la Sociedad Nacional de Síndrome de Down, a la Asociación para Niños con Síndrome de Down y otros fines benéficos como la concienciación del autismo o a la investigación del cáncer de mama.

También es importante el trato que ofrecen al cliente. Cada paquete "recibe una nota de agradecimiento mía", asegura John, que explica que este toque personal que hace con cada pedido hace a los clientes muy felices.

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