A pocos cientos de metros del templo de Notre Dame, allí donde la policía ha establecido cordones para impedir que alguien se acerque más de lo recomendable, un grupo de fieles comienza a entonar un himno, '¡Ave María!', comienza a cantar un pequeño grupo, entre los que hay muchos jóvenes.
Poco a poco, otras personas se unen y pronto son alrededor de medio centenar, algunos de ellas de rodillas, tratando de conjurar el horror con rezos y cantos.
También, en un gesto espontáneo, cuando pasa un vehículo de bomberos, los himnos se detienen y dan paso a aplausos. Todos tiene los ojos elevados a la cima de la iglesia.
La sensación de orfandad es el paso previo para una reconstrucción y los primeros en dar un paso al frente son las grandes millonarios de Francia: Las familias Pinault y Arnault han donado un total de 300 millones de euros y, de momento, con la colaboración de otras grandes empresas y del Ayuntamiento de la capital francesa, ya hay más de 600 millones de euros comprometidos.