Cáncer
José Mujica se enfrenta a la etapa más difícil de su cáncer, según su mujer: "Solo puede comer sopitas"
Le diagnosticaron un tumor maligno a principios de mayo y terminó el tratamiento a mediados del mes pasado.
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A sus 89 años, el expresidente uruguayo José Mujica está pasando el momento más difícil desde que fue diagnosticado de cáncer de esófago a finales de abril. Sin embargo, su esposa y exvicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolanski, se mostró optimista en unas declaraciones a 'Canal 12' durante un acto político el martes por la noche en el que habló del estado de salud de su marido.
El 29 de abril, él mismo anunciaba que le habían diagnosticado un tumor en el esófago que le generaba dificultades para someterse a quimioterapia por su enfermedad inmunológica previa. Tres días más tarde, su médica, Raquel Panonne, comunicaba que el tumor era maligno y sería tratado con radioterapia.
La exvicepresidenta anunciaba en esa entrevista que su marido se encuentra en el momento más difícil de su enfermedad, debido a que tiene acumulada toda la radiación, lo que hace que se le inflame el aparato digestivo. Es por ello por lo que "desgraciadamente solo puede comer sopitas, algún jugo, alguna gelatina, y los uruguayos estamos acostumbrados a prendernos al asado y al guiso".
Su médica personal: "Tiene mucha fortaleza"
El 21 de junio, la médica personal de Mujica, Raquel Pannone, anunció que el expresidente, que también padece vasculitis e insuficiencia renal, se encontraba "en buenas condiciones" y se recuperaba de un tratamiento oncológico "muy agresivo".
"Tiene mucha fortaleza, física y anímica", subrayó en su momento, añadiendo que su estado de salud sería reevaluado "en unos meses" para ver "el efecto del tratamiento".
Mujica al frente la política
A pesar de que ha tenido que limitar sus salidas por el frío del invierno austral, participó el 20 de mayo en la marcha anual en reclamo de verdad y justicia por los desaparecidos durante el régimen de facto. En el acto declaró encontrarse cansado, pero también "como burro de panadero, de esos antiguos que hacían repartos, que paraban en todas las paradas sin que lo mandaran", bromeaba con los periodistas.
"Es como un perro que está atado a la cadena"
"Dicen que participó en las internas, pero al lado de hacer ocho actos diarios como hacía en los momentos (en) que militaba a mil, es nada. Es como un perro que está atado a la cadena. Y todavía sin comer. Es bravo", contó Topolansky.
Aunque su mujer se mantiene optimista y confía en los médicos "que han trabajado muy bien, pero hay que esperar y tener paciencia".
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