Stephanie Thompson y Dan Muirhead en una imagen de archivo

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DIO A LUZ CUATRO SEMANAS MÁS TARDE EN REINO UNIDO

Una joven descubre que está embarazada ocho meses después de que el padre de su futuro bebé muriera

Stephanie Thompson, de 24 años, y su novio Dan Muirhead, de 29 años, estaban buscando tener un hijo cuando él apareció muerto en su cama junto a ella, pero ella tardó ocho meses en relacionar los síntomas que estaba experimentando tras su muerte con los de un embarazo.

Stephanie Thompson, de 24 años, llevaba dos años y medio intentando tener un niño con su novio Dan Muirhead, de 29 años, pero un día él volvió de trabajar en una casa y cuando se fue a levantar de la cama ella se dio cuenta de su pareja estaba muerta. A pesar de que los paramédicos británicos intentaron salvarle la vida, ya no pudieron hacer nada porque en la autopsia se confirmó que el hombre tenía dos patologías cardíacas.

Ocho meses más tarde, cuando Stephanie estaba empezando una nueva vida sin su pareja con la que había compartido seis años de vida, se enteró de que estaba esperando un bebé de Dan. La joven, que se sentía constantemente hinchada e incómoda, le pidió a la madrastra de Dan que le tocara el estómago y ella le respondió que había dos opciones: o que tuviera cálculos biliares y que estuviera embarazada. Este mes de enero, el médico confirmó que estaba esperando un bebé, y sólo cuatro semanas después, el 11 de enero, dio a luz a Jesse.

"Rompe el corazón que ya no esté aquí"

La joven explica ahora a 'The Sun' su caso, señalando que seguramente estaba embarazada de pocas semanas cuando Dan murió y que estaba tan concentrada en toda la tragedia que había ocurrido, que pensó que simplemente se estaba hinchando y cogiendo peso. “No estaba segura de cómo reaccionar, pensé que era increíble, pero, al mismo tiempo, rompe el corazón que él no esté aquí", confiesa. De hecho, el bebé se llama Jesse porque era uno de los nombres que barajaban siempre que salía el tema.

Cuando se supo la noticia, los amigos de Dan, sus compañeros de trabajo y toda la familia se unieron para conseguir que la repentina madre pudiera salir adelante, y en sólo dos semanas Stephanie tuvo ya lo necesario para poder cuidar del bebé durante meses, ayuda que incluso se podría extender hasta el primer año.

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