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UNA BRITÁNICA QUE VIVÍA EN TAILANDIA
Una joven se mata a sí misma accidentalmente cuando intentaba asustar a su novio
La joven de 26 años apareció ahorcada, pero no pretendía suicidarse, sino asustar a su novio mostrándole lo triste que se sentía después de que ambos hubieran discutido.
Abigail 'Abi' Brown, una joven británica de 26 años, se ahorcó accidentalmente en su apartamento de Tailandia después de discutir con su novio, aunque el objetivo no era suicidarse, según la investigación. La joven había estado fuera con su novio James Brum en Phuket cuando ella volvió a su apartamento "por una rabieta" y, según cree su madre, Jane Rowland, parece que sólo quería que se asustase al verla y entendiera lo triste que estaba.
Brum, de 30 años, regresó al apartamento tres horas más tarde aquel 7 de enero, y según explicó el forense, en ese momento la joven ya estaba inconsciente. A las cuatro de la mañana, el hombre tuvo que llamar a los padres de su novia y comunicarles su fallecimiento, versión que ha corroborado la madre durante la investigación judicial, añadiendo que esa noche ella había bebido "demasiado". Según informa 'Daily Mail', parece que ella pensó que el novio la seguiría hasta el apartamento y, al verla, se asustaría y la rescataría.
"No hay nadie a quien culpar por este momento de locura, pero hay una lección que aprender"
Todos los testigos en el juicio coincidieron en que la joven estaba física y mentalmente saludable, y que nunca se quitaría la vida ni lo había intentado antes. Rowland lo tenía claro y nunca sospechó del novio de su hija: "James y Abi eran una pareja de enamorados que iban a casarse y a tener cuatro hijos. Tenían todo un futuro planeado". "Sólo puedo llegar a la conclusión de que esa noche ella había bebido demasiado, estaba molesta y sólo tenia la intención de hacer que James fuera consciente de lo mal que se sentía".
No obstante, la mujer de 50 años lamenta que James no siguiera a su novia aquella noche, como ella pensó que iba a hacer. "No hay nadie a quien culpar por este momento de locura, pero hay una lección que aprender", explica la entristecida madre, que añade que "cuando los jóvenes viajan a estos lugares interesantes, con alcohol barato y no reglamentado necesitan mirar el uno al otro y siempre mantenerse a salvo".
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