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EL HOMBRE LA VIOLÓ DURANTE 10 HORAS
Una joven se prepara para correr la maratón de Nueva York después de que se fracturase la columna al huir de un violador
Hannah Gavios se cayó de un precipicio y se fracturó la columna vertebral al huir de un hombre que intentaba violarla en Tailandia. Ahora esta joven de 25 años se prepara para correr la Maratón de la Ciudad de Nueva York el 4 de noviembre.
Hace dos años, tras huir de un hombre que intentaba violarla en Tailandia, Hannah Gavios se cayó de un precipicio y se fracturó la columna vertebral. Existía la posibilidad de que nunca volviera a caminar pero ahora esta joven de 25 años, de Queens, se prepara para correr la Maratón de la Ciudad de Nueva York el 4 de noviembre.
"Voy a ser un humano funcional, no quiero sentirme como si me dejaran atrás", asegura en una entrevista a The New York Post. Aunque todavía no puede sentir sus pies y tobillos y se apoya en muletas, Gavios está entrenando hasta seis horas al día para su primer maratón. Corre para recaudar fondos para la investigación de la médula espinal a través de la Fundación Christopher y Dana Reeve .
Mientras enseñaba inglés y viajaba por el sudeste asiático en septiembre de 2016, Hannah llegó cerca de la playa Railay en Krabi (Tailandia) y se dirigió a una tienda donde preguntó la dirección para llegar a su hotel. Apai Ruangwong, un hombre de 28 años, se ofreció a mostrarle el camino. En cambio, la llevó a una zona boscosa y la atacó.
La joven le dio un puñetazo en la cara, le mordió la oreja y huyó en la oscuridad. Sin saber a dónde iba, se cayó del precipicio y se golpeó la cabeza en el camino. Tras aterrizar se dio cuenta de que no podía moverse, pidió ayuda y fue encontrada por Ruangwong, quien la agredió sexualmente durante 10 horas hasta que la gente del lugar la salvó.
Hannah pensó que iba a morir después del ataque, por lo que su agresor fue condenado a cinco años en prisión después de declararse culpable.
La joven ingresó en un hospital tailandés y se sometió a una cirugía de columna vertebral de emergencia. Su pronóstico era grave: "Los médicos fueron un poco negativos [sobre mi capacidad para caminar]", asegura. "Tenía miedo de no poder moverme ni sentir mis pies otra vez".
Tres semanas después fue trasladada al Mt. Sinai Hospital y luego se mudó a casa de sus padres en Queens, ya que necesitaba a cuatro personas para sostenerla. "Fue aterrador ver cómo mis músculos se atrofiaban y se consumían".
Con más de un año de terapia física intensiva, aprendió a caminar con muletas y aparatos ortopédicos. Incluso ha podido escalar el estado de Breakneck Ridge, obtener su certificación de enseñanza de yoga y hacer ejercicio en gimnasios de escalada. Asegura que caminar "ha sido parte de mi recuperación y de encontrar paz y felicidad".
Hannah admite que algunos de sus amigos y familiares al principio se mostraron escépticos acerca de cómo enfrentar el maratón. "Mucha gente estaba asustada y nerviosa", cuenta. Pero ella está decidida a hacerlo: "Sé que si sobreviví a eso, ser torturado y sufrir durante tantas horas seguidas, entonces la maratón no debería ser un gran problema".
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