Una docena de vehículos policiales han custodiado a Joran Van der Sloot en su viaje por carretera desde Chile hasta la capital de Perú. Protegido con un chaleco antibalas, el holandés llegaba a la capital peruana y se enfrentaba a los insultos de los ciudadanos, y a la multitud de medios de comunicación que siguen el caso.
Van der Sloot está acusado de asesinar el pasado 30 de mayo a Stephanie Flores, una joven de 21 años, hija de un rico empresario peruano. Un vídeo captado por la cámara de seguridad del hotel donde el holandés se alojaba ha sido presentado como la prueba que le incrimina. En él se ve cómo ese día, de madrugada, ambos llegan a la recepción, cogen la llave de la habitación y entran en ella. Tres horas después, es Van der Sloot el que sale solo, con diferente ropa y portando una mochila y una bolsa en la mano derecha.
El cadáver de Stephanie fue encontrado dos días después en la misma habitación por la mujer de la limpieza. Van der Sloot ya había huido a Chile donde fue detenido el pasado viernes. El holandés es sospechoso además de la desaparición de otra adolescente norteamericana en 2005. Entonces un periodista se hizo pasar por su amigo y le grabó una confesión.
La indignación que ha despertado el asesinato de Stephanie es tal que en Perú hacen vudú al holandés y en su país de origen han creado este videojuego para escupirle a la cara.