Australia
Las primera palabras en libertad de Kathleen Folbigg, la madre indultada tras 20 años en prisión: "Lloro por mis hijos, los echo de menos"
La mujer australiana fue condenada en 2003 a 40 años de prisión por el supuesto asesinato de sus cuatro bebés y ha sido absuelta gracias a una investigación científica.
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Kathleen Folbigg ha sido una de las figuras más odiadas por la sociedad australiana tras su sentencia recibida en 2003. La mujer australiana fue indultada este lunes tras pasar 20 años en prisión al ser declarada culpable por el asesinato de sus hijos. Folbigg ha sido puesta en libertad tras una investigación científica que ha reabierto su caso.
La mujer de 55 años fue acusada de haber matado a sus cuatro hijos (Caleb, Patrick, Sarah y Laura) entre 1989 y 1999, cuando éstos tenían entre 19 días y 18 meses. En 2003 la Justicia le impuso 40 años de prisión, rebajados a 30 años en 2005.
Sin embargo, el caso de Kathleen se volvió a revisar a raíz de una investigación coordinada por la científica española Carola García de Vinuesa. Este estudio vinculó una mutación genética (CALM2) de dos de sus hijas con la muerte súbita cardíaca, y demostró que los niños portaban variantes raras de un gen.
Kathleen se siente agradecida
La australiana ha querido expresar su alegría desde su casa a través de un video testimonial publicado este martes :"Soy extremadamente humilde. Estoy extremadamente agradecida por el indulto y ser liberada de prisión. Mi gratitud eterna para todos mis amigos y mi familia. No habría sobrevivido a esto sin ellos".
En la pieza audiovisual, Kathleen también ha dado las gracias a quienes creyeron en su inocencia, entre ellas la doctora Vinuesa, y considera que este hecho es una "victoria para la ciencia y especialmente para la verdad".
No obstante, también comparte el sufrimiento que ha pasado: "En los últimos 20 años en prisión he pensado y siempre pensaré en mis hijos. Lloro por ellos, los echo de menos y los quiero enormemente".
De camino a una nueva vida
Una vez fuera de la cárcel, Folbigg disfrutó en su primera noche en libertad de los pequeños placeres, como comer una pizza y dormir en una cama, mientras se adapta a la nueva tecnología como los teléfonos inteligentes, según ha relatado este martes a la prensa una amiga cercana.
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