La capital de Zimbabue, Harare, amaneció en aparente calma a pesar de la tensión que se vive en el país tras la intervención militar contra el Gobierno de Robert Mugabe.
El director de la comisión de la Administración Pública de Zimbabue, Mariyawanda Nzuwah, pidió todos los funcionarios que se presentaran a trabajar, según recoge el diario estatal The Herald. "Se espera que todos los funcionarios se presenten en su puesto de trabajo todos los días a su hora para dar servicio a la gente de Zimbabue", manifestó Nzuwah, que garantizó que todos los trabajadores públicos -incluidos los miembros del Ejército- recibirían su sueldo a tiempo.
Muchos funcionarios faltaron a sus puestos de trabajo después de que los militares hubieran bloqueado los accesos a los principales edificios gubernamentales de la ciudad, así como el Parlamento. Mientras Mugabe sigue bajo arresto domiciliario, el otrora fiel a él -y a su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF)-, The Herald, publica hoy un editorial en el que comenta que, "si la intervención militar puede hacer que los cargos del partido vuelvan a enfocar su atención hacia los que han votado por ellos, la acción habrá hecho mucho" por el ZANU-PF.