La comunidad china en Madrid se ha puesto de acuerdo para cerrar el 90% de sus restaurantes, en cada uno de los establecimientos aparece el cartel de: cerrado por cuarentena.
Cumplen todos los requisitos de higiene e inspecciones sanitarias, pero para prevenir riesgos a sus familias y a sus clientes se han impuesto dicha cuarentena. En el lado opuesto una empresa de mensajería que está desbordada de trabajo enviando solo mascarillas.
El aumento desmesurado de la demanda y probablemente también la avidez de ganancias de ciertos intermediarios están provocando una escasez de los equipos de protección que requiere de forma prioritaria el personal médico que atiende a los infectados por el coronavirus en el país asiático.
"La demanda es 200 veces más alta y los precios se han multiplicado por veinte", reveló el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su conferencia de prensa para informar sobre la evolución de la epidemia.
La OMS ha pedido que no se constituyan reservas de ese material en países donde la transmisión del coronavirus es baja o inexistente. A tres semanas de que se encendieran todas las alarmas por este brote, Tedros sostuvo que el material esencial para proteger a los trabajadores sanitarios del virus se está agotando y que el suministro de mascarillas, entre ellas las que incluyen un respirador, "son insuficiente para cubrir las necesidades de la OMS".