El suceso ocurrió en torno a las 07.00 locales (06.00 GMT) cuando el tren, en el que viajaban sobre todo trabajadores, se salió de las vías entre los municipios de Pioltello y Segrato, tras haber partido una hora y media antes desde la ciudad de Cremona con destino la estación milanesa de Porta Garibaldi. En el incidente, tres personas murieron y hay al menos cuatro con heridas de gravedad y alrededor de un centenar con contusiones leves.
Desde la oposición, partidos de la derecha como la xenófoba Liga Norte han cargado contra los supuestos recortes realizados en el servicio de transporte público y su líder, Matteo Salvini, ha pedido al Ejecutivo que valore la próxima vez "dónde hay que recortar". El candidato a la presidencia de la región de Lombardia (norte) por el centroderecha, Attilio Fontana, que en los últimos días ha levantado polémica por defender la "raza blanca" frente a la invasión de la inmigración, también ha opinado que "la inversión para asegurar las infraestructuras debe ser una prioridad".
Por su parte, el ex primer ministro y líder de la conservadora Forza Italia, Silvio Berlusconi, lamentó que en Italia haya "una deuda con las infraestructuras" en comparación con otros países de la Unión Europea (UE) por lo que será necesario mejorar en este aspecto. El papa Francisco ha lamentado el "grave incidente" y ha enviado sus condolencias a las familias de las víctimas en un telegrama, firmado como es habitual por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y dirigido al arzobispo metropolitano de Milán, Mario Delpini.
La Fiscalía de Milán ha abierto una investigación para averiguar lo sucedido y baraja la posibilidad de que se haya incurrido en un supuesto delito de "desastre ferroviario culposo". Según las primeras investigaciones, la causa más probable del siniestro fue un hundimiento de las vías, aunque será la "caja negra", que ya ha sido recuperada, la que dará las respuestas pertinentes.
El maquinista, que ha salido ileso, ha sido interrogado por los investigadores durante la tarde y ha afirmado que en el momento del accidente circulaba a una velocidad de 140 km/h, adecuada para el tramo que recorría, informan los medios locales. En el interrogatorio, el maquinista ha relatado que sintió durante unos minutos una breve vibración por lo que accionó de inmediato el sistema de freno, pero "fue demasiado tarde", según las mismas fuentes.