El coronavirus ha alterado la vuelta la cole a nivel global. De hecho, hoy hemos sabido que la mitad de los niños de todo el mundo no puede ir al colegio por culpa de la pandemia, lo que supone un total de 872 millones de niños sin escolarizar.
La causa la encontramos en que en el mundo se acerca ya a los 30 millones de contagios y a las 940.000 muertes por el coronavirus.
Tanto la ONU, a través de Unicef, la Unesco y la OMS, han pedido que el cierre de las escuelas solo sea considerado como última opción ante el aumento de casos de coronavirus.
"La decisión de cerrar debe ser un último recurso y uno temporal", afirmó en una conferencia de prensa conjunta y telemática el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En un informe de Unicef, del uno de septiembre, señala que solo volverán a la escuela 433 millones de escolares, debido al coronavirus. Por lo que desde estos organismos indican que "cuanto más tiempo pase, mayores serán las consecuencias, especialmente para niños de entornos desfavorecidos".
Desde los tres organismos reconocen al riesgo que se enfrentan los niños, especialmente las niñas, cuando no pueden ir a clase.
Unicef ha propuesto una guía sobre consejos para mantener a los alumnos en grupos reducidos, que no se mezclen entre sí, y que se les garantice el uso de mascarillas en las aulas. Además de la importancia de la limpieza en el colegio, así como su buena ventilación y respetar la distancia de seguridad de dos metros. Además de la toma de temperatura a la entrada de los centros escolares.
También señalan que no deben obligar a los menores de cinco años al uso obligatorio de las mascarillas por el coronavirus.