Estados Unidos
Liberan a una mujer tras pasar 43 años en prisión por un asesinato que no cometió
Todas las pruebas apuntan a que hubo un encubrimiento policial y que el asesino fue un oficial que fue visto en las inmediaciones de la casa de la víctima e incluso usó sus tarjetas de crédito un día después de su muerte.
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Sandra Hemme, de 64 años, ha sido puesta en libertad después de pasar 43 años en una prisión estadounidense. La justicia la condenó a cadena perpetua al considerarla culpable del asesinato de Patricia Jeschke, una empleada de una biblioteca en Misuri, Estados Unidos.
El 14 de junio de este año se revocó su condena por asesinato gracias a que un tribunal dictaminó que existían "pruebas claras y convincentes" de "inocencia real".
Este viernes, tras pasar 43 años en prisión, Hemme ha podido reunirse con sus familiares después de convertirse en la mujer que más tiempo ha estado encarcelada injustamente en la historia de Estados Unidos.
El asesinato
El 12 de noviembre de 1980, Patricia Jeschke no apareció por su trabajo por lo que Dorothy Elliott, directora de la biblioteca, decidió acercarse a su casa para comprobar que todo estuviese bien. Sin embargo, la directora no pudo acceder a la vivienda porque estaba cerrada, por lo que decidió llamar a la madre de Jeschke, Helen F. McGlothlin.
El 13 de noviembre, la madre estaba sumamente preocupada después de no recibir ninguna señal de vida de su hija, por lo que decidió romper la ventana y acceder a la casa. Al entrar se encontró el cadáver de Jeschke con una laceración en la parte posterior de la cabeza y un cable de teléfono alrededor del cuello.
La víctima estaba desnuda y había sufrido abusos sexuales. A su vez, se dictaminó que había sido asesinada por estrangulamiento y que sufrió múltiples heridas en la cabeza.
Cuando encontraron el cuerpo la víctima llevaba muerta entre doce y dieciséis horas. La Policía informó que no existían señales de que alguien hubiese forzado la entrada.
La investigación policial
Los agentes investigaron más de 200 pistas hasta que, finalmente, detuvieron a Sandra Hemme y Joseph Wabski el 5 de diciembre. En un principio, Wabski fue acusado de asesinato y Hemme por ocultar el crimen.
Hemme identificó a Wabski como el asesino de Patricia Jeschke. Sin embargo, el acusado declaró que no conocía a Hemme.
En un principio, Hemme no mencionó nada acerca de un asesinato, explicando que había hecho autostop con dos personas, llamadas Joe y Pat. Al día siguiente, declaró que el nombre completo del hombre era Joe Wabski.
Hemme explicó que fueron a una casa y que Wabski salió con las manos llenas de sangre mientras aseguraba haber matado "a esa maldita perra". Además, amenazó a Hemme asegurándole que la mataría si decía algo.
Sin embargo, pasado el tiempo, declaró que presenció el asesinato e intentó evitar que Wabski matara a Jeschke.
Finalmente, los cargos de asesinato contra Wabski fueron retirados después de que varios testigos y registros comerciares confirmaran su coartada. Mientras que Hemme fue acusada de asesinato y condenada a cadena perpetua.
Antecendentes de Hemme
El 25 de noviembre, en un caso no relacionado, Hemme fue acusada de usar un cuchillo contra un oficial de policía.
La acusada intentó suicidarse por primera vez cuando tenía 13 años, estando hospitalizada durante seis años en una institución mental. Aun así, Hemme protagonizó tres o cuatro intentos de suicidio más.
En el momento en el que interrogaron a Hemme por el asesinato, la joven iba tan medicada que no era capaz de mantener la cabeza erguida, por lo que tuvo que ser atada a una silla.
Posible encubrimiento policial
Todas las pruebas reunidas a lo largo de los años parecen demostrar la existencia de un posible encubrimiento policial.
Michael Holman, oficial afiliado al Departamento de Policía de St. Joseph, fue visto en las inmediaciones de la casa de Jeschke y, al día siguiente del asesinato, usó las tarjetas de crédito de la víctima.
Durante el juicio de Hemme en 1985 el oficial fue mencionado en numerosas ocasiones. Sin embargo, la Policía negó las acusaciones y, una semana después, Holman renunció a su trabajo.
El sospecho declaró que estaba en un motel con una mujer llamada Mary cuando transcurrieron los hechos. Sin embargo, no aportó ninguna prueba que demostrase su coartada, ni siquiera fue capaz de dibujar o describir el interior del motel. Tampoco se pudo contactar con la supuesta mujer llamada Mary. Además, el gerente del motel no recordaba que alguien llamado Mary estuviera alojado allí en ese momento.
Otro de los sucesos que señalaban directamente al oficial era que en una investigación por fraude de seguros, Holman aseguró que alguien había robado su arma de servicio, pero la encontraron en un deposito que el sospechoso usaba frecuentemente.
Durante el juicio se especuló que era el arma que había empleado para golpear a Jeschke, pero que la enviaron a limpiar y la devolvieron al servicio antes de que pudiera probarla.
Finalmente, uno de los fiscales del condado de Buchanan en la época del juicio, Patrick Robb, declaró que sabía que Holman "estaba relacionado con el caso". Es más, llegó a comentárselo directamente al que fue el abogado de Hemme, Robert Duncan.
Liberada gracias a Innocence Project
Según la información proporcionada en su página web, Innocence Project es una organización que ayuda a exonerar a las personas condenadas injustamente por medio de pruebas de ADN y de igual manera ayuda a crear reformas en el sistema de justicia penal para prevenir futuras condenas injustas.
Hasta el momento han conseguido 237 victorias, entre la que se encuentra la de Hemme.
En febrero de 2023, la organización presentó una petición para liberar a Hemme de la prisión, afirmando que ella confesó falsamente el crimen y que Holman cometió el asesinato.
Entre las principales evidencias en las que la defensa se sustentó para la liberación de Hemme destacan:
- La oreja de Jeschke fue encontraba en la casa de Holman.
- Larry Harman, uno de los abogados de Hemme, aseguró que se aprovecharon del "estado mentalmente frágil" de la condenada.
- Bobby Cummings contactó con Hemme durante su estancia en prisión y afirmó que él fue quien la recogió mientras hacía autostop, pero su carta no fue mencionada durante su juicio.
- Hemme estaba bajo los efectos de la medicación cuando se la interrogó y sus declaraciones contradecían la información que la Policía encontró en la escena del crimen.
- Ningún testigo relacionó a Hemme con el asesinato, la víctima o la escena del crimen.
- Hemme no tenía ningún motivo para dañar a Jeschke. Es más, ni siquiera existían pruebas de que se conocieran.
- No existe ninguna prueba física o forense que vincule a Hemme con el asesinato.
En resumen, las únicas pruebas que incriminaron a Hemme y la pusieron tras las rejas fueron sus propias confesiones falsas impulsadas por los medicamentos que, según la organización, "le administraban a la fuerza para dominar su voluntad".
A su vez, Innocent Project acusó al Departamento de Policía de ocultar pruebas que implicaba a Holman.
El fiscal luchó por mantenerla en la cárcel
Andrew Bailey, fiscal general republicano de Missouri, luchó para que Hemme no fuese liberada. El fiscal sustentó su negativa en los delitos cometidos en prisión por parte de la acusada.
Aun así, el Tribunal determinó que se demostró la inocencia real de Hemme, indicando que "la única prueba que la vinculaba con el crimen era la de sus propias declaraciones inconsistentes y refutadas, declaraciones que fueron tomadas mientras estaba en crisis psiquiátrica y con dolor físico".
El juez Horsman declaró que Hemme había sido "víctima de una injusticia manifiesta", y le comunicó al fiscal que no liberaba a Hemme dentro de unas horas, el propio Bailey tendría que comparecer ante el tribunal el martes por la mañana por cargos de desacato.
A su vez, el juez recriminó a la oficial del fiscal el hecho de que llamasen al director de la prisión para que no liberasen a Hemme una vez decretada su liberación.
Ante esto, Sean O'Brien, abogado de Hemme, declaró: "Fue demasiado fácil condenar a una persona inocente y mucho más difícil de lo que debería haber sido liberarla, incluso hasta el punto de que se ignoraron las órdenes judiciales".
Delitos en la prisión
En 1984, Hemme fue sentenciada a dos años más por "ofrecerse a cometer violencia".
Además, en 1996 la condenaron a otros diez años más por atacar a un trabajador de la prisión.
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