Invasión rusa de Ucrania
El líder de Chechenia, Ramzan Kadírov, reconoce, por primera vez, bajas entre las tropas afines a Rusia
El presidente de Chechenia reconoce por primera vez que las tropas afines a Rusia están sufriendo algunas bajas. Ramzan Kadírov dirige a uno de los ejércitos más sanguinarios del planeta.
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La situación del Ejército de Rusia empieza a ser cada vez más insostenible en Ucrania. Lo es, hasta el punto de que Putin ha tenido que pedir ayuda a sus aliados extranjeros. Uno de los ejemplos es el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, que ha confirmado la entrada de sus tropas en el conflicto. También el líder de Chechenia, Ramzan Kadírov, que no ha dudado a la hora de brindar su apoyo a Rusia para invadir toda Ucrania.
Kadírov, por primera vez, y sorprendentemente, ha reconocido que las tropas afines a Rusia están sufriendo más bajas de las que esperaban: "A día de hoy, 23 combatientes murieron, 58 resultaron heridos, cuatro de ellos están en estado crítico". Estas declaraciones del presidente checheno llegan poco después de que llamara a la yihad a luchar en Ucrania para acabar con "el satanismo" de Occidente y seguir "destruyendo y quemando vivos a los ucranianos".
Chechenia es una región integrada de Rusia, muy conocida por tener a unas tropas que son consideradas de las más sangrientas del planeta. De hecho, ya son muchas las voces que han pedido catalogar como organización terrorista al Ejército de Chechenia, aludiendo a que Kadírov no tiene reparos a la hora de violar los derechos humanos más fundamentales. El líder checheno, padre de 12 hijos, ha enviado a tres de ellos a combatir en Ucrania, teniendo 14, 15 y 16 años.
Los drones siguen aterrorizando Ucrania
Mientras Kadírov sigue su cruzada contra Ucrania, los drones son el otro 'enemigo silencioso' en la guerra, causando el terror en todo el país y matando a todos los ciudadanos a los que consigue alcanzar. También se ha convertido en un instrumento de guerra sumamente útil para Rusia, que logra destruir infraestructuras de energía en Ucrania. Pese a ello, el presidente Volodímir Zelenski no agacha los brazos y avisa: "No le tenemos miedo a la oscuridad".
Cerca de que llegue el invierno, Ucrania teme que la invasión rusa le pase factura y sus ciudadanos puedan sufrir las consecuencias de un frío devastador en los próximos meses. De hecho, el Gobierno ucraniano ya ha solicitado a sus ciudadanos 'exiliados' que no vuelvan por el momento. Al menos, hasta que haya pasado el invierno y se haya podido garantizar el abastecimiento de todas las personas que continúan residiendo en el país.
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