Australia
El líder de la oposición australiana se dirige a la presidenta del Congreso en masculino hasta 18 veces: "Sr. Presidente"
Sharon Claydon, presidenta del Congreso australiano, tuvo que interrumpir en dos ocasiones al líder de la oposición, Peter Dutton, para que se refiriese a ella en femenino.
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Este jueves, el líder australiano de la oposición, Peter Dutton, se dirigió a la presidenta del Congreso, Sharon Claydon, en masculino. Hasta 18 veces la interpeló, llamándola "Sr. Presidente". Finalmente, ella le interrumpió para pedirle que lo hiciese en femenino. Él pidió disculpas, pero luego siguió refiriéndose a la política en masculino.
Según 'The Independent', Dutton, que es legislador del Partido Liberal de Australia, llamó a la miembro del Partido Laborista, Claydon, "Sr. Presidente" al menos 18 veces durante su discurso. Claydon le recordó que ella "no es el Sr. Presidente" y le dio su primera advertencia después de escuchar la palabra unas 10 veces.
Claydon tuvo que interrumpirle en dos ocasiones
Ella le recordó que ese no es su título y que era una falta de respeto. "Debes usar mi título correcto y también cuando te refieras a otros miembros", le recriminó. Dutton se disculpó, afirmando que "lamentaba" no haberlo hecho. No obstante, fueron palabras que no se tradujeron en hechos, porque prosiguió llamándola en masculino.
Dutton volvió a referirse a ella como "Sr. Presidente" cuatro veces más, lo que resultó en que Claydon, ya visiblemente cansada, dijera una vez más que no es "el Sr. Presidente". De nuevo, esta segunda advertencia también fue ignorada por Dutton, que repitió el término cuatro veces más.
Una táctica misógina clara
El incidente ha causado una gran repercusión en las redes sociales, y algunos usuarios de Twitterlo calificaron como una muestra flagrante de "misoginia desenfrenada". En reacción al vídeo de la sesión del parlamento, un usuario de Twitter escribió: "Es (Dutton) un idiota estúpido y lo estaba haciendo intencionalmente".
Otro usuario acusó al político de usar una táctica misógina clásica para mostrar su intolerancia hacia las mujeres en el parlamento australiano, mientras que un tercero aseguraba que "lo hizo repetidamente, fue impactante, una y otra vez, incluso a veces mientras ella gritaba diciéndole que se detuviera. Fue una vergüenza".
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