El avión que cubría para Air Algérie la ruta entre Uagadugú y Argel y que desapareció este jueves "se podría haber desintegrado en tierra", ya que los restos se han encontrado "concentrados", lo que significaría que no estalló en vuelo. Es lo que ha señalado el secretario de Estado francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, en una entrevista, en la que ha subrayado que, con los primeros elementos disponibles, "algunas causas (del siniestro) se han descartado, en particular el lanzamiento de un misil".
El secretario de Estado avanzó que "teniendo en cuenta el estado del avión, es muy poco probable o incluso imposible que haya supervivientes". Añadió que habrá que tener en cuenta, para explicar la causa de siniestro, las "muy malas" condiciones meteorológicas que se daban en la zona, y que llevaron a la tripulación a cambiar de itinerario, pero también un posible incidente técnico o una acumulación de circunstancias.
Indicó que los testigos en el punto en el que cayó el avión, en la región maliense de Gossi, cerca de la frontera con Burkina Faso, dicen que se percibe un fuerte olor a queroseno, lo que indicaría que los depósitos de combustible no se fracturaron en el aire antes de chocar contra el suelo, y que no ardieron por una eventual explosión en vuelo. Igualmente hizo notar que, aunque no se puede excluir por el momento que hubiera una bomba a bordo, se sabe que los restos del avión están "en una zona relativamente concentrada". Una alusión a que si hubiera habido una explosión en el aire, los restos estarían mucho más dispersos.
Las causas del accidente tardarían hasta dos años en conocerse
El responsable de Transportes se mostró convencido de que "sabremos muy rápidamente" si hubo "un problema técnico u otros elementos explicativos" que se añadan a la difícil situación meteorológica ya conocida que "es una realidad", puesto que un destacamento militar francés se dirige al punto donde se estrelló el MD-83 de la compañía española Swiftair. Se trata de un centenar de militares con una treintena de vehículos que todavía no están allí y que tienen dificultades para acceder precisamente por las condiciones meteorológicas.
También van a trasladarse a la zona expertos del organismo oficial francés encargado de la investigación de accidentes de aviones, el BEA, y gendarmes especialistas en el transporte aéreo.
Preguntado sobre si el avión se encontraba en buen estado para volar, Cuvillier respondió afirmativamente, y para justificarlo recordó que había sido objeto de un control por parte de la Dirección General de la Aviación Civil francesa el pasado martes en Marsella, con ocasión de una escala. Además, se le había hecho una inspección más a fondo hace menos de un mes, de forma que "no hay ninguna razón para dudar a ese respecto". "La compañía (Swiftair) es una compañía seria, con lo que por ahora no hay ninguna razón para acusar a los pilotos", insistió.
El lugar en el que se precipitó la aeronave fue localizado gracias a un dron de observación de los que las fuerzas francesas tienen estacionados en Niamey, en Níger, sobre la base de las informaciones que habían ofrecido las autoridades de Burkina Faso.
Los ocupantes de la aeronave eran en su mayoría pasajeros franceses (50 personas). Además, el pasaje estaba compuesto por 20 libaneses, 28 burkineses, cinco canadienses, cuatro alemanes, un luxemburgués, un suizo y seis tripulantes españoles. El vuelo siniestrado, con código AH5017, dejó de comunicarse con las autoridades de aviación civil a las 1.55 horas GMT (3.55 hora peninsular española), 50 minutos después de haber despegado desde Uagadugú, según detalló Air Algérie en un comunicado.
El portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos(USCA), David Guillamón, ha indicado que es "imposible" determinar aún las causas del suceso, y que dependiendo del tipo de accidente y la información que aporten las cajas negras, los resultados se conocerán "entre seis meses y dos años".
Ha confirmado que es "imprescindible" esperar a encontrar todos los restos de la aeronave para que éstos sean "analizados por expertos" y así "después de un estudio riguroso, se puedan saber las causas que han contribuido a la catástrofe".
Según ha informado la compañía española Swiftair, ésta avisó a los pilotos del avión para cambiar de rumbo a causa de una gran tormenta en el camino, pero Guillamón ha aseverado que no tiene por qué ser la causa ya que "es muy habitual que los aviones cambien sus rutas de vuelo debido fundamentalmente a factores climatológicos".