El Papa Francisco ha pedido disculpas por dar un manotazo a una mujer que le tiró del brazo bruscamente cuando saludaba a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro durante la visita al Belén tras la última misa del 2019.
El Pontífice ha reaparecido para celebrar la Jornada Mundial de la Paz en Roma y no ha dudado en referirse a lo ocurrido durante la última noche del año: "Yo mismo pierdo la paciencia y, por eso pido disculpas por el mal ejemplo de ayer", decía.
Y es que los gestos definen al Papa Francisco, que lo mismo abraza a niños, que se pone los regalos que le entregan.
Algunas de sus actuaciones han suscitado estupor y han generado muchas críticas, como el momento en el que retiró la mano para que no le besaran el anillo. Poco después explicó que lo hizo para evitar infecciones.
También se situó en el centro de las críticas cuando se arrodilló y besó los pies a los líderes enemigos de Sudán del Sur.
Pero su pontificado también ha sido descrito como humilde por muchos seguidores, que aseguran que es una persona muy abierta con ganas de cambiar la Iglesia.
De hecho, se le ha podido ver haciéndose un selfie con un discapacitado o ayudando a un agente de Policía que se había caído del caballo. En otra ocasión el Papa incluso casó a una pareja de auxiliares de vuelo durante un viaje en avión.
Críticas y halagos, lo que parece evidente es que estamos ante uno de los Pontífices más mediáticos de la historia de la Iglesia.